Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con ciencia

Grieta

Grieta

Los periódicos generalistas de todo el país, incluyendo al Diario de Mallorca, se han hecho eco esta semana de la aparición de una grieta gigantesca en la ciudad de Mai Mahiu (Kenia), dentro de la reserva de los Maa (masais, se les suele llamar a los pertenecientes a dicha etnia) en pleno Valle del Rift. En sí misma, esa rotura espectacular de la superficie terrestre supondría ya una noticia destacada pero es la explicación que han dado los geólogos la que ha llamado más la atención. África se parte en dos.

En realidad no ha dejado de hacerlo a causa del desplazamiento de las placas tectónicas que, hace cerca de 30 millones de años, llevó al surgimiento de la cadena de fallas que constituye hoy el Rift. Su formación fue el resultado del mismo proceso que ha dado lugar a la grieta actual de Mai Mahiu aunque, claro es, a lo largo de un tiempo que escapa de lejos a la escala de nuestras vidas. Lo pone de manifiesto el que los científicos consultados por los distintos diarios hayan cifrado en unos 10 millones de años lo que se tardará en escindir por completo el continente africano, dando lugar a otro de una extensión mucho menor y a una nueva isla gigantesca en el Océano Índico. Para entonces es más que probable que no haya ya seres humanos —de la especie Homo sapiens, al menos— pero lo curioso es que el Rift constituyese, hace cerca de 7 millones de años, la clave principal para la aparición de nuestro linaje.

Por aquel entonces el Rift estaba cubierto de bosques tropicales que formaban un hábitat en mosaico, con extensiones abiertas y espejos de agua parecidos a lo que son hoy los deltas fluviales de África meridional. Fue en ese entorno donde evolucionaron los primeros simios bípedos, es decir, los primeros humanos. Cuatro millones de años más tarde, un gran cambio ambiental en el Rift llevó a la aparición de las inmensas sabanas que se conservan aún en la zona y, como respuesta adaptativa, forzó el surgimiento de las primeras especies de nuestro género, Homo. Hace poco que de nuevo el Rift ha sido propuesto como el escenario más probable para el nacimiento de nuestra propia especie, Homo sapiens.

Nadie sabe, ni es probable que sepa jamás, por qué fue ese enclave del Valle del Rift el protagonista de los principales acontecimientos evolutivos del linaje humano. Como es natural, tampoco cabe imaginar qué nos habría sucedido de no existir esa cadena de fallas en África oriental. Ni en qué medida un continente partido en dos podría haber supuesto otra trayectoria evolutiva. Pero sí que cabe entender que, en realidad, es pura soberbia la que lleva a esta columna a detenerse en los humanos hablando de la historia geológica africana. Con el Rift o sin él, siendo un continente o dos, lo que supone nuestro devenir es una pura anécdota para los movimientos tectónicos. Si algo a lo que cabe llamar fuerza en el planeta Tierra tiene muy poco que ver con la especie humana.

Compartir el artículo

stats