Hoy a las 17.15 horas la primavera, una estación que arranca con tiempo de invierno: una bajada de las temperaturas, viento, granizo y nieve a 500 metros. Más allá de este contratiempo meteorológico, la estación primaveral traerá asociada el cambio al horario de verano (a las dos de la madrugada del domingo los relojes se adelantarán una hora). El cambio de estación, el aumento de las horas de luz y de las temperaturas pueden desestabilizar el reloj biológico, que necesitará un tiempo para readaptarse. Es la llamada astenia primaveral, un trastorno adaptativo que puede prolongarse entre dos y tres semanas. De hecho, la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación calcula que un 40% de los españoles se siente más cansado con el cambio de estación. Y es que el cansancio y la falta de energía son los principales síntomas de la llegada de la primavera. Así, se recomienda seguir una dieta equilibrada y practicar ejercicio físico para hacer frente a la astenia primaveral que puede cursar decaimiento físico e intelectual, irritabilidad, insomnio, apatía o inapetencia, según desgrana el médico de familia especialista en fitoterapia, Miguel Martín Almendros. La estación primaveral, que durará 92 días y 18 horas, concluirá el 21 de junio con el inicio del verano. Hoy algunos celebrarán la llegada de la primavera pero otros recordarán la canción y exclamarán un "maldita primavera".

Mariona Fuster, vocal de psicología clínica del Col·legi Oficial de Psicologia de les Illes Balears, alerta de que no hay que convertir en patología algo absolutamente normal como es el cambio de estación ya que recuerda que el ser humano tiene una capacidad brutal de adaptación a los cambios. La experta aporta datos a nivel balear y asegura que la llegada de la primavera afectará a un pequeño porcentaje de personas, en concreto, seis de cada 100 pueden sufrir astenia primaveral.

Especifica que mayoritariamente suelen ser mujeres de entre 40 y 50 años. Relata que los síntomas suelen ser cansancio, cambios en el estado de ánimo, falta de energía e, incluso, una bajada de tensión. Además de las personas con astenia primaveral, aquellas que sufren trastornos mentales también se pueden ver afectadas por el cambio de estación porque se altera su estado de ánimo. De todas formas, asegura que con la primavera incrementa nuestro estado de ánimo porque tenemos más horas de luz y "el sol es un cargador de energía". "Cuando aumenta el sol y suben las temperaturas, aumentamos las actividades fuera de casa y esto favorece que nuestro estado de ánimo esté más estable".

"Todo cambio de estación nos afecta al organismo y la dieta es una buena vía para adaptarse a estas nuevas condiciones", razona la nutricionista y dietista de Salud 10, Ángela Martín, que recomienda un incremento de la ingesta de alimentos frescos y de temporada entre los que la fruta y la verdura ocuparán un lugar "muy importante".

Alergias

Las alergias son otras de las grandes aliadas de la primavera. La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica estima que en 2030, un 25% de la población será alérgica al polen. Para esta primavera prevé que la polinización sea leve en el litoral mediterráneo pero el presidente de la Sociedad Balear de Alergología, Alberto Oehling, matiza que prefiere no hacer estas predicciones porque depende del tiempo que tengamos en la isla. En principio, durante febrero y marzo, el polen que nos está afectando es el de los cipreses. En los próximos meses llegará el de los olivos o las gramíneas, entre otros. Para evitar la entrada de polen, Oehling recomienda no ventilar mucho las viviendas. También aconseja evitar tender la ropa al aire libre. Estornudos frecuentes, presencia de mucosidad nasal acuosa, congestión nasal, picor de ojos o dificultad respiratoria son los síntomas que puede tener un alérgico al polen. Ante estos síntomas, se recomienda visitar a un alergólogo para que le de un diagnóstico. Pero Martín deja claro que la alimentación puede ser clave para combatirlos. Así, explica que la fruta y la verdura son esenciales por su alto contenido en nutrientes esenciales y antioxidantes. No pueden faltar las zanahorias, el brócoli y las espinacas. También hay que apostar por los alimentos integrales por su alta cantidad en vitamina E y los frutos secos porque el magnesio mejora la ventilación pulmonar. Y a todo ello, hay que sumar un consumo adecuado de agua.