El volante es el elemento fundamental en la conducción de un vehículo. De nuestra forma de llevarlo y de la precaución que adoptemos con él dependerá el riesgo de sufrir un accidente. La posición ideal es la de las 10.10 -por su similitud con las agujas del reloj- y con los brazos ligeramente flexionados.

Adoptar una postura incorrecta puede suponer también que tengamos que afrontar una multa. Los vicios y las malas posturas favorecen las maneras erróneas de manejar el volante. Estas son las más frecuentes y que suponen sanciones por parte de los agentes. Los nombres corresponden a algunos de los términos más empleados en la jerga automovilística:

El canario

Se produce cuando las dos manos se colocan agarrando la parte inferior del volante. Se suele dar cuando se conduce durante horas por autopistas de largas rectas y sin apenas curvas. En el momento en que se deba hacer un giro forzado, la capacidad de reacción será menor, puesto que las manos no están en posición de dar una vuelta completa al volante.

El jilguero

Se produce cuando el conductor se inclina demasiado sobre el volante, de forma que los antebrazos se colocan encima de él. Si se reduce la distancia que existe entre el asiento y el volante, el conductor queda casi encima de éste, creyendo erróneamente que así lo controla mejor.

El disc-jockey

Se produce cuando el conductor maneja el volante con las palmas de las manos y lo mueve como si fuera un disco sobre la mesa de mezclas. Este vicio aparece con frecuencia en algunos conductores a la hora de aparcar. También se le conoce como 'pasar la bayeta' o 'el friegaplatos' por los movimientos circulares que se suelen realizar en esta posición.

El galán

Se produce cuando con la mano izquierda se lleva el volante y la derecha se apoya en la palanca de cambios. Es un vicio que aparece mucho cuando se conduce en ciudad, por la necesidad de subir o bajar marchas. Además del riesgo de accidente o multa, conducir así supone también favorecer el desgaste de la caja de cambios.

El ventanilla

Se produce cuando se conduce con la mano derecha y la izquierda se asoma por la ventanilla, un considerable riesgo de accidente, ya que se han producido casos de conductores que han perdido el brazo izquierdo por circular así. Llevar el volante con una única mano supone perder todo tipo de capacidad con la otra.

El motorista

Se produce cuando se dirige el volante agarrándolo de los radios que atraviesan el mismo. Esto dificulta sobremanera cualquier giro, ya que se reduce la capacidad de maniobra. Además, si se diera el caso de un accidente las manos podrían verse trabadas en el propio volante, sin olvidar el riesgo de que estas extremidades sufran un impacto brutal contra la cara si se acciona el airbag.El mago

Se produce cuando se sueltan ambas manos del volante. Por lo general, se da en situaciones puntuales que requieran de las dos manos, como abrocharse el cinturón cuando ya se ha arrancado. Cualquier imprevisto podría generar un grave accidente. No se aconseja nunca soltar del todo el volante del coche.