El deporte tiene muchos beneficios, y entre ellos, destaca su capacidad para disminuir los niveles de colesterol LDL en sangre, de manera efectiva y sencilla. Cada persona puede ajustar a sus características personales la actividad física que puede llegar a desarrollar. Los estudios demuestran que los ejercicios aeróbicos ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL, e incrementan los de HDL. Se trata de ejercicios de media o baja intensidad, pero de larga duración. Atendiendo a este criterio, es posible optar, por ejemplo, entre caminar, nadar, correr, o pedalear. Los expertos recomiendan practicar una hora de actividad física diaria, pero si esto no es posible, aconsejan dedicar, al menos, 60 minutos tres días a la semana. Es importante mantener esta constancia para conseguir resultados efectivos y duraderos. En muchos casos, las personas tienden a asociar la disminución de peso con la reducción de colesterol. Se trata de dos factores distintos, por lo que aunque un individuo no note ninguna alteración en su peso, pueden producirse cambios en los niveles de colesterol.