Los especialistas recomiendan recurrir a la práctica de ejercicio para reducir los niveles de colesterol, tras las fiestas navideñas. Las cenas de empresa, los compromisos familiares y la repostería propia del período de Pascuas pueden producir un aumento de los parámetros de esta sustancia en sangre, lo que incrementa el riesgo de padecer enfermedades coronarias si no se lleva un control adecuado. El cardiólogo Antonio García Quintana, aconseja estar físicamente activo 60 minutos al día, y al menos, tres veces por semana.

Con la llegada del año nuevo, muchas personas se plantean una serie de propósitos. "Son muchos los que optan por apuntarse en un gimnasio, pero pronto suspenden esta rutina. Sin duda, esta decisión es un gran error, porque para poder disfrutar de una vida saludable, es esencial evitar el sedentarismo. Esta práctica, acompañada de una dieta sana y equilibrada, son las aliadas perfectas para poder ganar la batalla ante el colesterol", relata el doctor.

Cabe destacar que existen dos tipos de lipoproteínas que transportan el colesterol en la sangre. Por un lado, las Lipoproteínas de Baja Densidad (colesterol LDL), que es el que se conoce como colesterol malo. Y las Lipoproteínas de Alta Densidad (colesterol HDL), que es el que se denomina vulgarmente como colesterol bueno. Para que el nivel de colesterol LDL se encuentre dentro de los parámetros normales establecidos, debe situarse por debajo de los 200 mg/dl, "pero, desgraciadamente, la mitad de la población nacional supera esta cifra", expresa el cardiólogo.

En este sentido, indica que el colesterol puede provenir de dos fuentes. "Por un lado, encontramos el colesterol que fabrica nuestro propio cuerpo. Por eso, hay personas que producen más que otras y necesitan recurrir a medicamentos para conseguir reducir la producción. Y por otro, el que proviene de nuestra dieta. Es precisamente este último el que depende de nosotros mismos, y por tanto, podemos controlar".

El colesterol es un factor de riesgo clave para el desarrollo de diferentes tipos de cardiopatías. "Se deposita en el interior de las arterias, y eso es lo que da lugar a infartos de miocardio o a anginas. Estas son las consecuencias más graves de tener el nivel de colesterol alto", aclara el facultativo. Siguiendo esta línea, García Quintana recalca la estrecha relación existente entre el colesterol y la aterosclerosis coronaria. De esta forma, "cuanto más bajo se encuentren los niveles de colesterol, menor probabilidad habrá de desarrollar patologías coronarias. Así lo demuestran los estudios, por lo que se trata de una verdad absoluta".

El doctor considera que la población es consciente del peligro que conlleva el colesterol para la salud, pero "no toma las medidas adecuadas para hacer frente al problema". Por esta razón, el experto indica que " es imprescindible tomar muy en serio las complicaciones que se pueden producir si no se siguen las recomendaciones adecuadas. Hoy en día hay muchísima información disponible, y conviene estar prevenidos ante este problema de salud tan grave y que cada vez afecta a más personas".

En cuanto a las personas que tienen mayor riesgo de padecer algún tipo de enfermedad coronaria, el doctor García Quintana advierte que, "las mujeres deben tener especial cuidado después de la menopausia, ya que después de ese momento son más propensas a padecer este tipo de patologías. Pero no solo eso, sino que tardan más en reconocer los síntomas que los hombres, y por tanto, también se retrasan a la hora de consultar a un especialista". Y añadió que, "las enfermedades coronarias producen más muertes que el propio cáncer, y esto ocurre tanto en hombres como en mujeres".

No obstante, algo que preocupa al cardiólogo es que "cada vez es más frecuente que los niños presenten niveles de colesterol elevados por cuestiones relacionadas con la dieta.

Por esta razón, considera que los niños deben hacer más ejercicio, y llevar una dieta más saludable. "Estos pequeños, probablemente, desarrollen enfermedades en un futuro, por lo que es importante que adquieran buenos hábitos desde la infancia. Precisamente por esto, es fundamental que los adultos les inculquemos buenas prácticas".

Por su parte, el endocrinólogo Pedro Luis de Pablos- Velasco afirma que existen muchos productos navideños que pueden aumentar en cierta medida el nivel de colesterol en sangre. "Los mantecados y los turrones, por ejemplo, son productos que aportan muchísimas calorías y además pueden aumentar nuestros niveles de colesterol. Algo similar ocurre con el roscón, o los quesos, que si los comemos con asiduidad, y en grandes cantidades, estaremos tomando un exceso de grasas saturadas que no son nada beneficiosas para el organismo. Estas grasas proceden de los animales y son las encargadas de incrementar lo que se conoce como colesterol malo".

El especialista asegura que desconoce si tiene lugar un aumento del colesterol medio en la población después de la Navidad, "porque para que esto ocurra, los pacientes deben presentar niveles altos de la sustancia, tanto antes como después de las fiestas".

Sin embargo, garantiza que, lo que sí se produce, "es un incremento de peso generalizado". En base a su experiencia, "cuando hacemos un seguimiento a nuestros pacientes, y las fechas de las analíticas o de las revisiones clínicas tienen lugar después de la Navidad, percibimos que las cifras medias de peso aumentan considerablemente. Sin embargo, en verano esto no ocurre".

El especialista en endocrinología, también manifiesta la necesidad de realizar ejercicio, "y recuperar los hábitos de alimentación saludable lo antes posible". En este sentido, aconseja potenciar el consumo de frutas y de verduras, "y disminuir al máximo, al menos temporalmente, la ingesta de dulces y de alimentos ricos en grasas saturadas. Estas grasas se encuentran en grandes cantidades en las carnes, en los productos lácteos no desnatados y en los embutidos. También, sería ideal dejar de consumir alimentos fritos".

Como dato importante a tener en cuenta, el doctor de Pablos-Velasco señala que, a medida que aumenta la edad, "es mucho más complicado perder el peso que hemos ganado. Esto se debe a que, con el paso de los años, tenemos un gasto energético basal disminuido, y las necesidades calóricas se reducen en gran medida. Además, la calidad del músculo es peor". Con la finalidad de poner remedio a esta situación, el facultativo apuesta por la necesidad de incluir la actividad física en la rutina diaria. "Con el ejercicio físico lograremos mejorar la calidad muscular", concluye.