Dos escenarios, Cort y el Born, doce campanadas, las del reloj d’En Figuera, y una multitud en el estreno de 2018, que se celebró por partida doble en Palma con cerca de 8.000 personas entre los dos emplazamientos. Además del regreso a la plaza tradicional, que el año pasado se anuló por obras en el Ayuntamiento y un hotel, el Nuevo Año ha repetido el éxito del anterior en el emblemático paseo. Sin embargo, como la maquinaria del reloj centenario no se puede trasladar ni desdoblar, quienes eligieron el Born para escuchar los tañidos de su campana vieron En Figuera a través de la original proyección audiovisual creada por Dalumen Lab en el escenario de la plaza de las tortugas.

Seis minutos antes de la hora más esperada, un video mapping transportó a los asistentes en un viaje que empezó en el Born y se fue alejando de Mallorca, España y la Tierra para llegar al espacio y un agujero negro convertido de repente en los engranajes del reloj de Cort. Justo después apareció la esfera con sus manecillas, por lo que el público preparó las uvas y empezó la cuenta atrás.

Mientras tanto, una abarrotada plaza de Cort se entretenía con las actuaciones de los bailarines de la academia Urban Dance, de Can Picafort, hasta que por fin llegó el momento. Gran parte del público se atavió con los característicos collares, gorros y pelucas de los cotillones o con las novedosas diademas luminosas en forma de coronas o lazos de colores que los vendedores ambulantes ofrecían por tres euros. Muchos llevaban copas de plástico llenas de uvas y botellas de champán para brindar por el Año Nuevo.

Tras las doce campanadas, una explosión de alegría, serpentinas, fuegos artificiales en diferentes puntos de la ciudad y música. En Cort, 2018 empezó con Y.M.C.A., del grupo Village People, y tanto en la plaza como en el Born sonó Love is in the air. Los de arriba se fueron marchando o acercando hacia el paseo de abajo, debido a que allí la fiesta continuó hasta entrada la madrugada. Primero actuó el grupo Pelillos a la Mar, que comenzó con una versión de Carreteras infinitas, de Sidonie, y siguió con la conocida Video kill the radio star, Bob Marley y Los Rodríguez. “Por ahora, este es el mejor año de mi vida”, anunció entusiasmado el cantante a los diez minutos de empezar el recién estrenado 2018.

Media hora después, cogió el relevo el conocido pinchadiscos Juan Campos, acompañado por la drag queen Tormenta Troupe, y deleitaron al público local con música verbenera de los 70 y 80, encabezada por Mi gran noche, de Raphael, y Yo no te pido la luna, de Daniela Romo. Los numerosos turistas y residentes extranjeros reunidos en el Born no debían de conocer muchas de las canciones pinchadas la madrugada de ayer por Campos, aunque disfrutaron tanto como los lugareños, que se las sabían muy bien.

En Figuera continuó marcando los segundos, ahora sin que nadie le escuchase, y el bullicio dio paso paulatinamente a la tranquilidad. Fue el turno de los trabajadores de Emaya, que dejaron Cort y el Born limpios de restos de la Nochevieja en la que el reloj de la ciudad se duplicó y tocó las campanadas en dos escenarios distintos.