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Con Ciencia

Otro orangután

Otro orangután

Descubrir una especie nueva es, en teoría, algo muy fácil. Es tan grande el desconocimiento que tenemos del alcance real de la diversidad de la vida que está más que garantizado el que deben existir muchísimas especies de las que nada se sabe. Alcanzarán su extinción en ese mismo grado de ignorancia y, a partir de ese momento, sólo se sabrá de ellas por las huellas fósiles que dejen o, en el mejor de los casos, por la recuperación de su genoma.

Pero la inmensa mayoría de esas especies desconocidas está compuesta por microbios e invertebrados. Encontrar una nueva especie de reptil o de ave —dejemos de lado los seres marinos—es más difícil porque el registro de las existentes resulta en comparación mejor. Respecto de un nuevo mamífero, ni digamos. Y si nos referimos a los primates, en especial a los más parecidos a nosotros, los grandes simios, entonces el hallazgo de uno hasta ahora desconocido alcanza la categoría de noticia de las que aparecen en la prensa no especializada.

Así ha sucedido con una nueva especie de orangután, Pongo tapanuliensis, descubierto en la isla de Sumatra. Ha transcurrido casi un siglo desde que se halló el último gran simio identificado, el chimpancé enano, o bonobo, descrito como una especie distinta por el zoólogo alemán Ernst Schwarz en 1929. En 2001 los orangutanes fueron divididos en dos especies distintas al comprobar que los de Borneo y Sumatra difieren. Pero ahora es todo un acontecimiento que el equipo encabezado por Alexander Nater, investigador del Evolutionary Genetics Group en el departamento de Antropología de la universidad de Zurich (Confederación Helvética), haya publicado en la revista Current Biology el descubrimiento de un orangután del todo nuevo, con diferencias genéticas importantes. Con él se elevan a siete las especies de grandes simios conocidas (ocho, si, siguiendo un criterio técnico, nos incluimos a nosotros en ese grupo).

Las características tanto anatómicas —craniomandibulares y dentales— como genéticas del Pongo tapanuliensis han sido extraídas del estudio del esqueleto de un ejemplar abatido con toda probabilidad por un campesino. Forma parte de una población confinada a la región de Batang Turu, en la provincia de Tapanuli (Sumatra), de la que se rumoreaba desde hace años que contaba con particularidades notables. Gracias el estudio comparativo con otros 33 ejemplares de orangután macho cuyas características nutren las bases de datos de diez instituciones científicas, Nater y colaboradores han podido reconstruir la historia evolutiva de esos grandes simios de pelaje rojo, con tres linajes distintos. P. tapaluniensis procede del más antiguo de ellos. Pero la noticia de su hallazgo viene unida a la advertencia hecha por los autores acerca de su extrema fragilidad. Con sólo 800 ejemplares que viven en un hábitat selvático fragmentado, es posible que el P. tapanuliensis se encuentre muy cerca de su extinción.

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