Se puede ser muy joven y tener muchos consejos para dar. Alejandro Bernal Quiñonero (Palma, 1996), a sus 21 años es bailarín e influencer, diseñador gráfico y experto en redes sociales, con más de 20.000 seguidores y vídeos publicados que superan el millón de reproducciones en Facebook. Sus mensajes 'Sé tu mismo', 'Cree en ti' o 'Esclavos de opinión' han llegado al corazón de muchos jóvenes y de profesores que lo invitan a compartir sus charlas motivacionales en institutos, donde ha sido aplaudido también como instructor de baile en talleres extraescolares.

Y de un paso de danza al universo de Internet, Bernal se inició como bailarín a los 14 años con sus amigos y la costumbre de grabar sus coreografías, que subía en Youtube para comprobar “la evolución del grupo”, le sirvió para ganar muchos fans: “Lo hacíamos más por nosotros, hasta que me di cuenta de que nos seguía mucha gente a la que le gustaba nuestros vídeos”.

Su éxito en las redes sociales le ha permitido convertirse en influencer, un título con el que sueñan muchos millennials y que es muy buscado por empresas como un nuevo recurso de marketing para promocionar sus productos o servicios. Bernal confiesa que, por ahora, lo que ha ganado no le ha servido para emanciparse: “Hay meses que podría vivir de esto y otros que no”, asegura el joven que aún vive en casa de su padre. Sin embargo, considera que “las redes sociales no son una pérdida de tiempo”. A través de Facebook, una empresa se puso en contacto con él y le contrató el año pasado para llevar el diseño y la publicidad de su marca. “Trabajé doce meses en ese proyecto y fue una gran experiencia”, afirma satisfecho.

“Soy muy autodidacta. Siempre me ha gustado estudiar por mi cuenta y también en la danza me he formado solo”, explica Bernal sobre un currículum construido a base de “ganas y esfuerzo”, y que también le ha valido para dar clases de electrodance en una academia de Palma. “No descarto seguir estudiando porque lo que quiero es aumentar mis conocimientos, tanto en audiovisuales como en baile. Es la mejor manera de que llegue una buena oportunidad”, sostiene el bailarín que ha visto como algunos amigos han conseguido así emigrar a Estados Unidos con ofertas de trabajo.

“Me encanta ayudar”

Su dedicación al coaching a tan corta edad es una cuestión que algunos le critican, sin que Bernal se preocupe por ello. El feeling que logra con los jóvenes al compartir sus consejos y valores, tanto a través de vídeos como personalmente, se debe a que lo ven como “uno más que usa gorra”. “Hay que conocer la historia de una persona, no depende tanto de la edad el mensaje que uno pueda transmitir”, señala Bernal que vivió golpes que hacen crecer deprisa, como la muerte de su madre hace unos tres años, cuando estaba a punto de cumplir los 18. “Tenía cáncer y le costó contármelo, fue lo más duro que me pasó”, recuerda emocionado, pero sin perder la sonrisa al destacar que sus amigos y el baile fueron imprescindibles para superarlo.

“Me encanta ayudar y si puedo hacerlo con un mensaje positivo me siento bien”, es la filosofía de Bernal que se sorprende con los comentarios privados que le dejan muchos contándole “historias muy fuertes, quizás porque se sienten identificados conmigo y encuentran un apoyo”, reflexiona el bailarín. Sus charlas en centros de menores y los talleres de baile en colegios de Mallorca son otra prueba de que tiene talento para conectar con los más jóvenes y “funciona increíblemente bien”. Tanto que ya está en marcha otro proyecto en un instituto de Palma que quiere que dirija una coreografía en noviembre.

En Facebook gana más seguidores que en Youtube, pero no por eso se siente un youtuber frustrado. “Es más fácil viralizar una publicación en otras redes que ya trabajan para transformarse en competidores directos del canal de vídeo, con plataformas como FacebookWatch”, explica Bernal que piensa que “lograr que te siga mucha gente es un negocio enorme”. Aunque también advierte de la adicción que puede suponer estar pendiente todo el día del móvil o el ordenador: “He optado por desactivar las notificaciones de WhatsApp y así elijo yo cuánto tiempo dedicarle”, aclara el joven que reconoce que “como todo en exceso es malo”.

Su sueño es dedicarse a todo lo que hace actualmente, “pero a mayor nivel y con estabilidad”. También se imagina en un futuro “trabajando en algo relacionado con la docencia y con ayudar a las personas”. Bernal se plantea “pequeños objetivos para conseguir grandes metas”. Prefiere ir poco a poco para encontrar su camino, sin renunciar a su pasión por el baile ni a su afición por Internet: “Los dos me aportan sentimientos diferentes y soy feliz con ambos”.