La verdura es relleno más habitual de los cocarrois, esa pasta típica y tradicional mallorquina cuya forma y cierre, a base de pessics, la hacen inconfundible. ¿Se lo imaginan relleno de carne o pescado? Pues la diseñadora y cocinera Caty Pol ha apostado por modernizarlos con Cocarrois i més.

Un producto poco valorado

"La impresión que tengo es que muchos forns tienen el cocarroi olvidado: suelen hacer pocos y parece como si no se preocuparan por su calidad". Antes de iniciar el proyecto, Caty Pol explica que recorrió diferentes panaderías para catarlos. "Los medía, los pesaba, los probaba y los puntuaba. Fue cuando me reafirmé en lo poco valorado que está el producto". A principios de este año, puso en marcha Cocarrois i més, un pequeño servicio de catering con el que prepara cocarrois de verdura, pero también de nuevos sabores. "Todas las culturas del mundo tienen en su cocina empanadillas con rellenos diferentes y variados; así que me dije: por qué no los actualizamos a los gustos y preferencias actuales". El resultado son cocarrois de pollo con curry, tombet, cerdo picante y de atún con pimientos. "No han sido flor de un día ya que ha llevado su tiempo adaptarlos; por ejemplo, he tenido que trabajar bastante las proporciones para que el tombet se aguante en la pasta". La receta la aprendió de su madre, quien ha ejercido toda la vida como cocinera para casas particulares.

Sus clientes son particulares y empresas, que solicitan sus servicios para fiestas de cumpleaños, bodas e incluso también los cocina para vuelos privados. Asimismo, comenta que está trabajando en nuevos sabores, como los de marisco o los de brossat amb codonyat y de queso con higos, siempre de pasta salada de harina de trigo, detalla la cocinera mallorquina.

Panaderos poco

innovadores

En las versiones tradicionales de un cocarroi, existen dos tipos de pasta: la salada y la dulce, a veces más difícil de encontrar. Pep Magraner, gerente de la Associació de Forners i Pastissers de les Illes Balears, afirma que no se ha innovado mucho con este producto. "Algunos panaderos han incorcorado la harina integral y la harina de xeixa, pero poca cosa más". En cuanto al relleno habitual suele ser de verdura (sofrito, espinacas, pasas y coliflor (a veces opcional), "también los hay de patata y cebolla, habituales en la zona de sa Pobla, los de pèsols, en Muro; o los de solamente con cebolla, típicos en Manacor", señala Magraner. De hecho, alerta que ha visto algunas tiendas en que se anuncian productos como cocarrois cuando realmente se asemejan más a empanadillas foráneas: "No hay que confundirlas ya que no tienen nada que ver ni en la forma ni en la elaboración de la masa". En cuanto al relleno, Pep Magraner comenta que le parece mal que se innove en el relleno, "como pasa con otros productos, siempre y cuando se conserve la forma".

La diseñadora y cocinera Caty Pol.

Cocarrois, también fritos

Tomeu Arbona, forner y arqueólogo gastronómico, apunta que antiguamente el relleno podía variar según la temporada, dependiendo de la disponibilidad del producto. Arbona ha recuperado algunos cocarrois curiosos como los rellenos con una pasta de croqueta de atún, así como los farcits de brossat, que se preparaban fritos. En su recetario Rebosteria tradicional de Mallorca también habla de los cocarrois d´era, rellenos de arroz, cebolla y sobrassada, habituales en la zona de sa Pobla o los de pèsols de bullir (en los que no falta la sobrasada y el botifarró).