-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Un piano puede amortiguar el ruido de las bombas?"

-Bien, en realidad no puede, pero yo intentaba llevar por lo menos un poco de alegría y de felicidad a los rostros y a las mentes de los jóvenes que estaban en las calles. Cuando miras los vídeos en youtube, a veces escuchas las explosiones de fondo. En eso consistía mi vida cotidiana. En el miedo, en la destrucción y en la desesperación que nos rodeaban a diario.

-Una explosión dañó su mano derecha.

-Sí, una esquirla de metralla seccionó dos tendones de mi mano y casi destruyó uno de mis ojos. Temía que no sería capaz de volver a tocar el piano, pero alguien me cosió los tendones, sin anestesia.

-¿Le han quedado secuelas?

-Todavía me duele y solo puedo doblar los dedos de la mano derecha hasta un cierto punto. Sin embargo, me las apaño.

-Me gustaría que comentara su presentación en un concierto: "No soy un buen pianista".

-(Sonríe). Bueno, fui a la universidad y estudié piano clásico. Ahora bien, fui incapaz de acabar la licenciatura por culpa de la guerra. Mis compañeros con pasaportes sirios pudieron abandonar el país, pero yo no tuve esa suerte. En cualquier caso, no soy el más talentoso de los pianistas y no puedo competir con ningún pianista clásico de Europa, Estados Unidos o Japón. Soy Aeham Ahmad, un artista que cuenta una historia cantando y tocando el piano. Para los oídos occidentales, la mezcla de las canciones árabes y de una interpretación al estilo occidental suena interesante.

-¿Interpreta usted a Beethoven y Mozart como un pianista occidental?

-Ambos figuran entre mis compositores clásicos favoritos, y su música me entusiasma. Así que de cuando en cuando espolvoreo algunos comentarios en medio de mi interpretación.

-¿Qué sabe de Mallorca?

-Sé que es una isla, a través de las fotos me he dado cuenta de lo bella que es. Supongo que es un lugar estupendo para vivir.

-¿Angela Merkel salvó su vida?

-Vivimos ahora una situación en que los refugiados ya no somos tan bienvenidos como hace dos años. Le estoy muy agradecido a la señora Merkel, porque nos permitió que viniéramos. También a los numerosos alemanes que nos ayudaron. ¡Es increíble! La humanidad y la libertad son valores que experimentamos aquí, y me alegro de que mis hijos crezcan en paz. Solo puedo dar las gracias a Alemania.

-¿Teme ser juzgado por su peripecia personal, en lugar de ser valorado por su calidad al piano?

-Ya he dejado establecido que no soy un pianista muy dotado. Sin embargo, creo firmemente que un mensaje de paz a la humanidad puede ser transportado mucho mejor con música. Y a la gente le gusta que me comporte de esta manera.

-¿Los yihadistas de Isis mataron su piano?

-Lo destrozaron y lo quemaron delante de mis ojos, amenazando con cortarme las manos si me pillaban tocando de nuevo en las calles. Mi padre estaba conmigo y, dado que él es ciego, no nos mataron. Estoy seguro de que no se atrevieron a dañar a ninguno de los dos por eso, mi padre salvó mi vida.

-En sus conciertos habla mucho de política.

-Según mi experiencia, los medios occidentales no dan suficiente información. Casi nadie conoce la situación en el campo de refugiados de Yarmouk, junto a Damasco. Padecimos un estado de sitio cuando empezaron las manifestaciones contra Assad, porque apoyábamos las protestas. De modo que fue Assad quien nos cortó la electricidad y el suministro de agua. Somos todavía refugiados palestinos, incluso en la cuarta generación. Sin pasaportes, con el único derecho a permanecer en Siria.

-En esta situación ambigua, se ven envueltos en una guerra civil.

-Y entonces Isis llega a Yarmouk, así como Hezbolá y otros grupos que se pelean entre sí. Mi pueblo carece de voz, por eso yo hablo durante los conciertos.

-¿Es Siria un país maldito?

-No, es un lugar hermoso, son las personas quienes fabrican el terror.

-Muchos europeos desconfían de los inmigrantes.

-Tenemos que integrarnos y tratar de comprender la mentalidad occidental, lo cual es una gran tarea. Pero también pedimos que se respeten nuestras tradiciones, mientras se mantengan dentro de los márgenes de la Constitución. El miedo y el prejuicio no son buenos consejeros. Un millón de personas son muchos inmigrantes, y Alemania ha mostrado una increíble solidaridad.

-Es usted un doble refugiado, un palestino en Siria y ahora un sirio en Alemania.

-Es cierto. Espero obtener algún día el pasaporte alemán, y entonces mi casa estará aquí.