No todo es juerga, alcohol y desenfreno para los turistas, e incluso para algunos residentes, durante el verano en la Playa de Palma Ni mucho menos. También hay lugar para los deportistas, algunos de ellos locos, porque no se puede llamar otra cosa a los que se ponen a correr sobre la misma arena o en el largo paseo a las 15 horas con temperaturas superiores a los treinta y cinco grados. La fiebre por el deporte, saludable o no, también se puede ver a diario compartiendo espacio con los que toman el sol con tranquilidad, los que se emborrachan como si no hubiera mañana a golpe de cerveza o los que intentan ligar con lo que pueden o quieren.
El 'postureo' también llega para estos atletas y turistas o ambas cosas, porque muchos de ellos aprovechan su enorme esfuerzo bajo un sofocante calor para lucir sus cuerpos sin camiseta ante la mirada del resto. Algunos dirán que es para sentirse más cómodos porque la elástica se empapa rápido de sudor, incluso los más inconscientes defenderán que así se ponen más morenos -sin ponerse protección solar, que molesta, claro-, pero si me permitieran apostar diría que la verdadera razón es para presumir. Y son muy libres de hacerlo, faltaría más. Algunos de ellos salen a correr para hacer deporte, aunque podrían hacer lo mismo a primera hora de la mañana o a la última de la tarde, con diez grados menos. Otros lo hacen para limpiar sus conciencias sobre los excesos de la noche anterior. Lo que es seguro es que todos ellos llevan consigo el teléfono móvil de última generación como acompañante, aunque ese ya es otro debate.
