"¿Realmente se necesitan o es para colocar a sus familiares?", se preguntaba un lector como muchos ante el anuncio esta semana de la presidenta del Govern, Francina Armengol, de una "macro-oposición" de 7.750 empleados públicos para Baleares.

La noticia llegó con polémica y la mayoría se mostró escéptica ante la promesa de la creación en tres años de 4.500 empleos públicos en el ámbito de la salud, 3.000 en educación y 250 en los servicios generales de la comunidad autónoma. "¿Cuántos a dedo?", preguntaban con sarcasmo, mientras una lectora afirmaba: "Cuando vea la convocatoria con fecha para el examen publicado en el BOIB lo creeré... de momento Enfermería lleva 8 años sin consolidar plazas".

"Miren bien de no poner ´funcivagos, que en este país sobran", ironizaba alguien. Otros aprovechaban para quejarse: "Cada vez que hago una gestión en cualquier oficina pública, siempre me da la sensación de hablar con un equipo enemigo público. Más amabilidad y menos prepotencia sería perfecto. En fin, todas estamos pagando sus sueldos. El trato debería ser más guay y relajado".

La nota discordante la dio esta semana la intervención de Pedro Horrach como defensor en el caso Cursach, que indigna a la Fiscalía, a la Policía y a los internautas. "Esto es alucinante y solo pasa en España... No cuestiono que ejerza privadamente, cuestiono su relación con el caso anteriormente", se manifestaba un lector, mientras otro ironizaba: "El dinero mueve principios".

"Qué impotencia tan grande sufrimos en este país ante tantas injusticias que tenemos que soportar a diario. Si no es una cosa es otra, me siento desprotegida totalmente", se lamentaban también. Ante la decisión del magistrado que estudia imputar al exfiscal por obstrucción en el caso del magnate del ocio nocturno en Mallorca, alguien decía: "Ojalá que lo investiguen a fondo, no huele nada bien este asunto".