Siempre tuyo, el amor romántico". Una firma que, aunque genérica, resultaría original y sincera. Una buena forma de concluir una carta en la que se expresen los sentimientos. Con San Valentín precavido apuntando a nuestros corazones, los ramos de flores y los escaparates enrojecen las calles, y nuestros móviles. "Hoy en día, las cartas de amor han sido reemplazadas por los emoticonos, las imágenes con citas de otros autores y textos enlatados al alcance de todos en internet", argumentó Joan Soler, de Tresimés psicología.
Los corazones de todos los colores y las caras con ojos y labios de corazón se han convertido, sin haber sido todavía aceptadas por la Real Academia Española (RAE), en la nueva gramática de los sentimientos. Los románticos deben resignarse a la tinta y al papel porque es innegable que la mensajería instantánea ha invadido su terreno. WhatsApp e incluso Facebook y Twitter versus la dirección postal.
El emisor continúa siendo una sola persona, pero el número de receptores se ha ampliado a los usuarios de la red, es decir, millones. Por ello, los psicólogos advierten de la necesidad de salvaguardar lo personal ante esta imperiosa inmediatez de compartir el estado sentimental. "Las emociones son subjetivas, demostrarlas en las redes sociales demuestra falta de confianza en sí mismo y en la relación", aclaró Soler. "Y precisamente al perder uno de los pilares básicos en una relación carece de sentido continuar", especificó.
En la actualidad se puede mantener una relación con la pareja prácticamente en cualquier momento o lugar (basta con que haya cobertura y si se engancha una red wifi libre, mejor). Un gran avance que usado correctamente, permite acercarnos a nuestros seres queridos. "El correo y el WhatsApp son las dos vías más parecidas a las cartas aunque se ha reducido la longitud del contenido romántico que se le presupone", indicó la Magdalena Grande, de Mg Psicòlegs.
"Ahora mismo el amor es mucho más práctico por la comodidad y el ritmo de vida que llevamos. Es como si tuviésemos que abreviar en muchos aspectos de nuestra vida y así, se pierde calidad. Pero hay que ir sobreviviendo al día a día", destacó Grande. En esta resistencia entra en juego un factor clave, el amor propio. "El hecho de ir como locos por todo provoca que la calidad de las relaciones empeore y antes de llegar a ese supuesto, se daña el amor propio, y sin él no es posible formar una relación sana. Se va perdiendo el contenido, los encuentros personales, el tú a tú, más que la parte exterior", especificó Grande, terapeuta de parejas.
Inmediatez paranoica
No hace tanto, existía la fábula de los 'sms' que supuestamente se perdían en un limbo virtual, y perduraba el cosquilleo al abrir el buzón por las mañanas a la espera del sobre con su nombre. Hasta que llegó el doble check teñido de azul, como la sangre de los príncipes y, acompañando el ajetreo diario, la inmediatez como complemento.
Por otro lado, la creencia perniciosa de que cuanto más icono, más amor. Un ejercicio de reflexión es calcular la cantidad de emoticonos cariñoso que se envían diariamente y la cantidad de abrazos y besos reales. El desequilibrio es desalentador. Con la nueva tecnología se tiende a ir de modernos y conectados, pero en el interior, lo conservador se impone en las relaciones. Tanto es así, que tanto Grande como Soler coinciden en que el amor romántico existe, si se cuida. "El amor es algo muy difícil de definir. Es la compenetración con otra persona. En realidad, una pareja está formada por tres: las dos personas individualmente y la pareja como una única figura", aseguró Soler.
"El WhatsApp es el rey de los malos entendidos por excelencia. Es uno de los principales motivos de excusa de ruptura de la pareja. Todo ello hace mella. Los emoticonos sustituyen las emociones, la intención o el tono de lo que se está diciendo, se le otorga una importancia brutal al emoticono, cuando en realidad ahí no hay nada, solo un dibujo", advirtió Grande.
Planes de amor para dos
Dejando el móvil a un lado por unas horas, el fin de semana ofrece infinidad de planes para disfrutarlos en pareja, o con aquella persona especial. Desde dormir en una tienda de campaña hasta un paseo en barco bajo la luz de las estrellas, propuestas imaginativas para enamorar.
Se acerca la fecha más romántica del año, y aunque se proclame a los cuatro vientos que el amor se celebra día a día, que el 14 de febrero es un invento comercial, a todas las mujeres, en el fondo y de forma inconfesable, les gusta que les sorprendan con algún detalle el Día de los Enamorados. Desde planes conjuntos de spa, menús especiales adaptados a todos los bolsillos o noches en hoteles; "la cuestión es sorprender y recuperar ese tú a tú perdido", indicó Soler.
Pero no solo a las mujeres les hace ilusión, los hombres también esconden su lado tierno y hay que mimarlo. Aunque se suela tender a lo material, los detalles manuales y con un significado especial se van acercando a la diana.
Si es verdad, como escribía Aldous Huxley, que "el mundo lo cambian las tecnologías, no las ideologías", las emociones antes estaban para expresarse, no se descargaban en emoticonos. Por eso, antes colapsar la red de mensajes repletos de amor, por qué no desbordar los encargos de las floristerías, reventar los maletines de los carteros, o mejor, lograr que ese beso en forma de corazón realmente taladre la mejilla y ensordezca al afortunado remitente.
