"Estamos muy contentos y felices de haber repartido tanta fortuna. Tras tocar el Euromillones, mucha gente no pensaba que la suerte iba a volver con el Sorteo de Lotería de Navidad, aunque nosotros sí; estábamos seguros de que nos iba a tocar y así ha sido". Con estas palabras y con semblante emocionado se refirió Antonio Martín, el propietario de La Pepita de Oro, administración de lotería número 61.015, situada en el número 1 de la calle Antonio Frontera de Palma, junto a la plaza Cardenal Reig, al 04.536, número premiado con el segundo premio del sorteo. Martín, que "por buena fortuna" vendió el número, hacía esta declaraciones instantes después de las 11.21 horas, momento en que los niños de San Ildefonso anunciaron en la sexta tabla este segundo premio, número agraciado con 1.250.000 euros por serie, es decir, 125.000 euros por décimo.

Alegría incontenida

"Me han llamado de la Asociación de la Federación Nacional de Receptores Mixtos de Balears (FENAMIX) y de la LAE y me han comunicado que había tocado y no podía contener la alegría", añadió Martín, al tiempo que contó cuál era su frase más repetida durante los últimos días: "Vamos a darlo, vamos a darlo".

Entre las personas concurridas ayer en La Pepita de Oro, administración con cuatro años de historia y cuyos décimos se venden en su totalidad telemáticamente, todo eran caras de emoción y de sorpresa. Como la de la vendedora Isabel quien, tras varios meses trabajando allí, no se esperaba repartir tantos premios seguidos. Y es que además de este segundo premio, validó a principios de diciembre el único boleto acertante -premiado con 29 millones de euros- de la combinación ganadora del Euromillones.

"Un periodista ha llamado diciendo que había tocado el segundo premio y yo le he dicho: ¿Cómo, el segundo premio? No me lo podía creer hasta que no lo he verificado en la página web de Lotería y Apuestas del Estado (LAE)", enfatizó Isabel momentos antes de descorchar una botella de champán.

Muchas fueron las personas que se acercaron ayer a la Pepita Oro preguntando si se encontraban entre los afortunados, aunque no cayó esa breva. Sin embargo, una de las mujeres allí presentes reconoció que el 04.536 era el número que tenía "entre ceja y ceja", aunque desafortunadamente no fue ella quien se hizo con este décimo.