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Contracorriente

Mallorca a la velocidad de la luz

El 7 de enero varios equipos se situarán en 24 puntos de la costa, en atalayas y torres costeras, para comunicarse a través del humo y el fuego, de manera que se pueda dar la vuelta a la isla de forma visual

El pasado sábado probaron en la Torre de Cap Blanc cómo se deben emplear los elementos de fuego y humo.

A partir de una idea que han tenido algunos profesores del IES Marratxí y que la Sociedad Balear de Matemáticas, XEIX, ha recogido con mucho interés, el próximo día 7 de enero, justo después de la fiesta de Reyes y al inicio de las esperadas calmas de enero, tendrá lugar un experimento a partir del cual se intentará dar la vuelta a Mallorca a la velocidad de la luz. Es un decir, naturalmente.

La cosa irá de la siguiente manera: diferentes equipos, formados por personas que se han interesado por esta experiencia, se situarán en veinticuatro puntos de la costa mallorquina, mayoritariamente antiguas atalayas y torres costeras del siglo XVI, para comunicarse a través del humo y el fuego, de tal manera que en muy poco tiempo se pueda dar la vuelta a la isla de forma visual.

La cosa tiene diversas lecturas: la histórica (volver a los orígenes, más allá de las nuevas tecnologías), experimental (al fin y al cabo hablamos de ciencia), patrimonial (hacer ver la tan necesaria recuperación de estos lugares estratégicos que ya no se utilizan desde el siglo XIX pero no por ello faltos de interés) y de sensibilización (se redactará un manifiesto a favor de la acogida de refugiados del Mediterráneo). Torres otro tiempo de defensa, el día 7 de enero serán emblema de acogida. Curiosa conversión.

Con esa original experiencia también se quiere recordar, en el cuarto centenario de su muerte, la figura de Joan Binimelis, el intelectual de Manacor que unió a su condición sacerdotal la de médico, astrónomo, geógrafo e historiador; Binimelis es autor de una Història nova de l'illa de Mallorca, considerada la primera crónica mallorquina.

Para poner un título a la original propuesta, los organizadores han parafraseado a Antoni Maria Alcover y han elegido, acertadamente, Llum de convit, al estilo de Lletra de convit que el mossèn utilizó en la creación del Diccionari Català-Valencià-Balear.

El pasado sábado, 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos (nada es casual), muchos de los que tomarán parte en la jornada, la mayoría personas a título individual pero también otras en nombre de organizaciones ecologistas, todas ellas con el denominador común del amor a la naturaleza y el respeto hacia la dignidad de las personas independientemente de su lugar de origen, se encontraron en la Torre del Cap Blanc para probar cómo se deben emplear los elementos de fuego y humo que se utilizarán el día 7, pues durante ese día y desde cada punto se realizarán dos señales, la primera a las 13.00 horas, con botes de humo rojo y otra a la puesta de sol, a las 18.00 horas, con bengalas de fuego. De la propuesta saldrán luego imágenes, grabadas en los lugares y también desde el aire con una avioneta, que, convenientemente editadas y mostradas al mundo, reforzarán aún más el mensaje de solidaridad que el experimento propone.

Fueron muchos los asistentes al ensayo y más se esperan el día D. Y es que cuando un proyecto reúne tantos calificativos la sociedad se pone en marcha a una velocidad cercana a la de la luz.

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