"Creemos que el ganador es un particular, a pesar de que en esta administración suelen jugar muchas peñas". Son las palabras de Lorenzo Martín, propietario -junto a su hermano Antonio Martín- de la Pepita de Oro, administración de lotería número 61.015, situada en la plaza Cardenal Reig y que validó el único boleto acertante de la combinación ganadora del sorteo del Euromillones, celebrado el viernes en París. Los números 6, 11, 23, 31 y 32 y las 'estrellas' 2 y 12 convirtieron al titular del boleto en acreedor de un premio de 29.377.167 euros, cerca de 5.100 millones de las antiguas pesetas. De la cuantía total, un 20% (unos seis millones) se lo lleva el Estado.

"Es una satisfacción pensar que el premio probablemente le haya tocado a uno de nuestros vecinos", reconoció Lorenzo Martín. Lo dijo sobre un ganador que tendrá que ir directamente al banco a cobrar el boleto y "bajo anonimato".

La felicidad por la suerte ajena no se pudo contener en las caras de las personas presentes ayer en la administración, empezando por las vendedoras Marta e Isabel.

Martín aprovechó también la ocasión para referirse al anterior propietario de esta administración palmesana, Antonio López: "Sin él, la Petita de Oro no tendría significado". El tiempo ha pasado, pero López "sigue estando ahí con su apoyo incondicional, colaborando y siendo una persona importante para nosotros".

En la administración, fue difícil desasirse ayer de la incertidumbre que genera poder dar con el ganador del boleto; entablar una conversación con él y preguntar la acaso inevitable cuestión de qué piensa hacer con esta cuantiosa cuantía. Pero al afortunado no se le vio. "Imagínate que ahora cualquiera pueda entrar y ser quien en el bolsillo lleve 29 millones de euros", comentó Martín sobre un Euromillones que en España tiene unos 12.000 puntos de venta.

Sin embargo, una mayoría desafortunada "ha venido a verificar si les ha tocado el premio", añadió Martín, "ya que tras comprar el boleto no recuerdan con qué numero se hicieron" en un punto de venta que presume de tener una peña lotera mensual de 350 personas.

Mientras, Isidro Martínez, un ciudadano palmesano, arguyó que "viendo los resultados, habrá que aficionarse a jugar más", a pesar de que a los jubilados "no nos dé la pensión para mucho". Y tampoco faltó el carácter social: "Si a quien le ha tocado lo necesita más que yo, me satisface", apostilló Martínez.

El Euromillones ya se acordó de Mallorca en 2009. Entonces, el premio ascendió hasta los 126 millones de euros, uno de los mayores de la historia del sorteo. El boleto constaba validado en Madrid, pero la apuesta fue realizada por una mallorquina a través de la web serviapuestas.es.