­Las mujeres del centro penitenciario de Palma participantes en el taller de experimentación textil celebraron ayer el fin de este curso con un desfile de moda para exhibir sus creaciones.

"Es muy importante que el Consell tenga en cuenta que la igualdad es una cosa que se ha de aplicar a todas las mujeres, y si hay mujeres en un centro penitenciario, ellas también puedan acceder a cursos que les benefician y les proporcionan herramientas para un futuro", señaló el vicepresidente segundo y conseller de Participació Ciutadana i Presidència, Jesús Jurado, quien asistió acompañado por la directora insular de Igualtat, Nina Parrón.

La Direcció Insular d´Igualtat del Consell cree necesario intervenir dentro del ámbito penitenciario, con tal de incentivar la prevención de la violencia de género, aumentar la autoestima y dotar de recursos que mejoren las capacidades de integración y reinserción social. Por eso se presenta un programa de actuaciones largo y estable que posibilita una intervención y seguimiento constantes para lograr generar el apoderamiento de este colectivo socialmente vulnerable.

Conciencia corporal

Nina Parrón explicó que el taller surge del programa Genèrica, "una escuela de igualdad con la que hemos querido organizar talleres formativos para las mujeres que cumplen condena. En este taller tan útil no solo aprenden a coser ropa sino que les eleva la autoestima y creatividad, un hecho muy importante para este tipo de mujeres".

La artista Cris Pink ha impartido el taller Recuperació i Reciclatge durante seis semanas en las que los alumnos han experimentado con el textil y el desarrollo de conciencia corporal y autoestima. "Unas 13 personas han participado en el taller, que han trabajado con vestuario viejo que ya no se utiliza. El grupo ELSA siempre me facilita la ropa. Yo quería trabajar una metáfora -explicó-, en la que estas mujeres se encuentran en una situación que les bloquea, inutilizadas. Estamos trabajando en paralelo mientras ellas renuevan y dan una nueva vida a la ropa, también poco a poco se sienten renovadas y guapas".

Una metáfora sumamente femenina, el de la costura/sutura, reparación, recuperación y reunión de alguna cosa rota. La subordinación, en cualquiera de sus formas, significa una fractura de lo simbólico. En este sentido, el taller se vale de restos de vestuario de procedencia textil sin excluir el uso de otros registros plásticos como son la pintura o el dibujo. "El cuerpo, el vestuario como elemento de identificación, conecta directamente con la individualidad y su mundo más íntimo facilitando un trabajo especialmente personalizado", explicaron.

Este proyecto se fundamenta en siete talleres y un videofórum destinados a impulsar la autoestima y la mejora de las relaciones con una misma y los demás.