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Entrevista

Javier Sierra: "Volveré a publicar un libro sobre ovnis y Mallorca estará presente"

Javier Sierra, en una de sus visitas al Club Diario de Mallorca.

¿Qué le sugiere Mallorca?

El enigma de los ovnis. Muchos de los pilotos de aerolíneas que entrevisté hace 20 años a raíz de sus encuentros con ovnis tenían su base en Mallorca. También el radar del Puig Major que tuvo varios incidentes en los años 70 y primeros 80 de detección de ovnis que luego fueron clasificados como secretos por el Ejército del Aire y cuyo rastro he perseguido durante un tiempo en los archivos de Madrid. Mallorca también me lleva a las culturas antiguas del Mediterráneo que me interesan particularmente, en especial la parte megalítica.

En su cuenta de Twitter recoge la advertencia de Stephen Hawking: la Humanidad debería ser cautelosa en la búsqueda de contacto con civilizaciones antiguas. ¿Comparte ese temor?

Hawking es prudente porque da por hecho que las civilizaciones extraterrestres existen y que las hay que son avanzadas tecnológicamente. Y se plantea el dilema de si son civilizaciones depredadoras o pacíficas y contentas con su entorno. Yo suscribo la prudencia pero me puede más la curiosidad, aunque es verdad que la curiosidad mató al gato. Creo que no hay que dejar de buscar una eventual señal extraterrestre que nos demuestre que no estamos solos.

Ya sea por los ovnis o por los monumentos megalíticos, ¿se ha planteado otorgarle a Mallorca el protagonismo de alguno de sus libros?

Que aparezca Mallorca en alguno de mis libros no será tan difícil en el futuro. Algún día este tema de los ovnis será objeto de uno de mis libros. Los ovnis están en mis inicios. El primer libro que publiqué, hace ahora 20 años, Roswell: secreto de Estado, era sobre ovnis. Un misterio sobre el que no he vuelto a nivel literario, pero al que regresaré y en el que seguro estará presente Mallorca.

¿En qué ha cambiado el Sierra escritor en estas dos décadas?

Me he dado cuenta de que eso que me atraía desde muy niño, que era el misterio, no es algo secundario, no es algo para frikis, sino que forma parte de nuestra cultura. Todo lo que hoy llamamos misterio y nos llama la atención está en los textos antiguos y puede ser rastreado en obras de arte o literarias. El misterio forma parte intrínseca del ser humano. Casi todos los avances científicos e intelectuales notables se han hecho en un alarde de tratar de descifrar ciertos misterios. En el caso de la literatura, la primera novela de la que tenemos constancia, la Epopeya de Gilgamesh, cuenta un viaje de un rey al más allá. Una historia que volveremos a ver repetida en grandes obras de la literatura universal como La divina comedia de Dante. Yo soy un reivindicador del misterio como valor cultural.

El libro que le trae este viernes a Mallorca, El maestro del Prado (2013), del que el próximo 4 de octubre se lanza una nueva edición, presenta un recorrido por las historias más desconocidas y secretas de esta pinacoteca. ¿Qué le ha revelado?

Que la mayoría de las obras de arte que se pintaron sobre todo hasta el inicio de las vanguardias no se pintaban por pintar. Nosotros tendemos a valorar el arte por su belleza, por su aspecto formal, y a menudo olvidamos que el arte contaba historias y que se pintaban con un propósito narrativo, muchos de los cuales tenían que ver con asuntos de misterio, trascendentes. Esa ha sido la mayor lección que me ha dado este libro.

¿Enseñar deleitando es una de sus máximas?

Sí, absolutamente, es la regla de oro que precede a cualquiera de mis novelas. Mis novelas no son entretenimiento puro y duro, entretienen obviamente porque busco que eso suceda pero quieren enseñar y sobre todo inquietar. Una novela mía cumple su función si una vez que el lector ha terminado su lectura decide explorar alguna de las cosas, lugares o conceptos que yo expongo. Si el lector salta de su sofá y se organiza un viaje al Museo del Prado o se acerca a la biblioteca más cercana para comprobar ciertos datos, o simplemente accede a Google para contratarlos, he conseguido mi objetivo: despertar inquietud.

¿Cuánto de misterio hay detrás del éxito?

Bastante. La fórmula para entrar en las listas de ventas o lograr el aprecio de los lectores no existe. Lo que el lector exige es que el autor ponga pasión en el libro que escribe, que haya "verdad" literaria, que lo que cuenta sea verosímil y le importe. En mi caso, toda mi obra, sin excepción, apela a grandes preguntas, a tres grandes preguntas sobre las que se levanta la filosofía y el saber humano: quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos.

Hace suya la frase de Picasso: "Veo cosas que los demás no ven".

La función del artista, sea en pintura o literatura, es hacer de puente entre mundos, es decir, ponerse al servicio de ideas que no son evidentes, que no las escuchas en el Telediario de las tres pero que son muy importantes. Desde este punto de vista podría decir, parafraseando a Picasso, que escribo cosas que los demás no han escrito.

Otro de sus best sellers, El ángel perdido, también afianza su expansión internacional. El pasado día 14 salió a la venta en Japón y ya puede leerse en once idiomas. ¿Sus historias son siempre universales?

Sí, y lo son porque apelan a las tres preguntas fundamentales de las que hablaba. Todo el mundo busca su respuesta. No importa la religión, el idioma, el país donde vivas o la educación que hayas recibido... Tu tienes la necesidad, desde que naces, de encontrar respuestas a esas claves que la vida nos escamotea. Mis libros ponen al lector en la pista de posibles respuestas.

Despeje un gran misterio para sus lectores. ¿Qué será lo próximo de Javier Sierra?

Sierra anda muy perdido (risas). Estoy con una novela en la que llevo trabajando ya casi tres años y de la que puedo adelantar solo una de sus claves, que tiene que ver con la pintura románica. También llevo desde 2013 trabajando en la continuación de El maestro del Prado.

¿Cómo digiere un maestro de la intriga el día a día de nuestra clase política?

Tengo la certeza de que esta etapa de nuestra historia es la etapa en la que más nos hemos dado cuenta de que se nos ocultan cosas, desde los poderes públicos a las instituciones religiosas. Al ser conscientes de ello por primera vez en la historia creo que esos ocultismos tienen los días contados.

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