¡Qué alivio! llegó el final de la saturación, del calor, de los vuelos cancelados, ...

Es el momento de recordar el tema del Dúo Dinámico: "El final del verano llegó y tú partirás..." pero sin nostalgia. Al contrario, podemos respirar aliviados porque vemos alejarse en el horizonte las maldiciones del estío. A saber, el calor agotador, la saturación turística, los viajeros tirados en los aeropuertos por cancelaciones o retrasos de sus vuelos, los ruidos atronadores, la canción del verano que suena sin cesar. En su lugar percibimos la primera caída de las hojas como preludio otoñal de sosiego, recogimiento y el anhelado frescor.

Los momentos más gloriosos y excitantes, como las bicicletas, son para el verano

Hay que ser muy tiquismiquis para hacerle ascos a la mejor estación del año. ¿Acaso existe otra con mayor cúmulo de momentos memorables por minuto? El verano es una fiesta. Se vaguea más, se viaja más, en fin, se disfruta la vida más. Las pasiones más tórridas no se desatan cuando hace un frío que pela y llevamos esos turbadoras chaquetas de plumas. Con la vidorra padre que nos pegamos y ante los días clónicos que se avecinan con la vuelta a la vil rutina, normal que nos hundamos con el inevitable síndrome postvacacional.