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El mejor rincón de la playa es para el sufrido madrugador que lo conquista
Pues yo me quito el sombrero ante los okupas playeros. Son muy dignos de alabanza esos estoicos que sacrifican unos minutillos de sueño con el noble fin de hacerse con el mejor sitio para plantar la sombrilla. Y es que al que madruga no solo dios le ayuda. Además le permite tener las mejores vistas y no perder ripio de todo lo que se cuece en la orilla. Hasta que nadie lo regule son perfectamente aplicables los métodos de la colonización del Salvaje Oeste. Así que menos quejas y lamentaciones: la pole position es para quien la conquista.
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Vamos a la playa a relajarnos y no a competir por el mejor puesto en la arena
Una jornada playera de relax puede convertirse en un maratón competitivo y estresante si nuestro primer objetivo es situarnos estratégicamente en el mejor puesto en la arena. Madrugar con la intención de encontrar una zona libre de bañistas y de toallas molestas es agobiarse con antelación y casi una misión imposible en el verano de la saturación turística. La opción más práctica es optar por una cala recóndita, acudir al atardecer, en el momento de la retirada, o simplemente quedarse en la retaguardia, alejado de la orilla masificada.