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Gastronomía

Ostras, el aperitivo de moda

La mayoría de residentes se las toman condimentadas con pimiento, limón y/o tabasco; los franceses las prefieren con cebolla y vinagre

Desde hace ya unos años las ostras han pasado a estar más que nunca en el punto de mira de los consumidores de marisco y de los curiosos de lo exótico, que acuden a los mercados a la hora punta del mediodía en busca de este producto gastronómico afrodisíaco, de categoría similar a la del caviar. Los mercados ofrecen la cata de ostras frescas en directo, con la opción de acompañarlas con una copa de vino blanco o champán, o condimentadas al gusto del consumidor.

El Oster Wine Bar Ca S'Ostra, en el Mercado de Santa Catalina, es uno de estos puestos dedicados exclusivamente al marisco y a la cata de este molusco. Su dueña, Cati Vallespir, apunta que una gran cantidad de gente circula cada día por el mercado y se para en su tienda para tomar el aperitivo que se "come en crudo", ya que "es un producto vivo", aunque algunos también se lo llevan a casa. "La gente suele venir sobre todo en verano y es muy habitual que las embarcaciones cercanas vengan y se lleven grandes pedidos para comerlos después en el barco", añade. Las ostras llegan a este puesto cada día en avión desde Francia o desde Galicia. La mercadera señala que la mayoría de personas se las comen con limón, pimiento o tabasco, aunque el público francés, gran aficionado de las ostras en general, "suele pedir cebolla y vinagre".

Esta especie de bivalvo, rico en yodo, vitamina B12 y zinc, tiene un precio por unidad que va de 1'90 hasta 3'50 euros aproximadamente, en función del puesto y del tamaño de la ostra, su procedencia y la intensidad de su sabor.

En el Mercado del Olivar se encuentra el puesto estrella en ostras francesas, Daniel Sorlut Ostras, que ofrece una variedad de tamaños y sabores distintos. Benito, uno de los empleados del puesto, explica que los tipos de ostra dependen de la cantidad de yodo que contengan, "cuanto más yodadas son el sabor es más intenso", explica. La tienda también dispone de una variedad más suave y otra con un toque de avellana, llamada "la especial de Claire". Todas ellas se pueden degustar acompañadas de una copa de cava, vino blanco o champán, incluido en el precio.

Alberto Aguirre, aprovechando la visita de un familiar de la península, acude a este puesto para degustar unas ostras con una copa de vino. "Es darle un bocado al mar en todo su sabor e intensidad, sin ser salado". Así define él el sabor de este molusco, y las condimenta con pimiento y limón. Apunta que no se deben morder, "se saborea sin masticarla del todo, se mantiene en el paladar y luego se traga", así se comen. Fernando, su primo, viene de Huelva y es la primera vez que las prueba, "son buenas, sabrosas, gelatinosas y tiernas", señala.

Benito destaca que los residentes acuden al puesto durante el mediodía, antes de comer, mientras que los extranjeros vienen mucho antes, en concreto "los rusos desayunan de ostras sobre las 10 de la mañana", subraya. En el mismo mercado, otra mercadera del Mir Vera, ofrece ostrón francés y ostra gallega a 2,50 la unidad. La diferencia entre ambas es el tamaño, "la ostra es más pequeña de cáscara pero más grande de carne", señala.

Finalmente, en el Mercado Gastronómico San Juan, en s'Escorxador, están el puesto Ostras y Marisco que ofrece un producto similar y Daniel Sorlut Ostras, con una oferta de tres tamaños diferentes de ostras y de sabores. Se pueden encontrar desde las suaves y carnosas a intensas con gusto a mar, y las de sabor intermedio con aroma de avellana, todas procedentes de Francia. "Podemos llegar a vender entre cuatro y cinco cajas en un día normal", apunta Brígida Mayol, la encargada de la tienda, y añade que la gente suele visitar el puesto sobre la tarde-noche.

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