Nos fascina la química porque es una variedad de la cocina. O viceversa. El arduo problema de cuántos colores se necesitan para cubrir cualquier mapa sin repetirse (cuatro), tiene su correlato cromático en el enigma sobre la escasez de licores azules. El vino vestido de azul de Cap Salines remedia la sequía. Mallorca debería beneficiarse de los millones de consumidores potenciales para cada invención, pero la industria turística no colabora. El siguiente paso es una bebida que coloree a quien la consuma en exceso de azul. Fluorescente. O fosforescente, la química es muy rara.
