Hace dos años que apareció en el mercado el primer vino azul, Gïk Blue, y ya está triunfando en más de 25 países. Fue en marzo cuando este producto se empezó a distribuir en Mallorca y ya se han vendido unas 4.500 botellas, según el representante de la marca Carlos Linares.
Sus inventores son cinco jóvenes de entre 22 y 30 años procedentes del País Vasco. Aunque no les gusta el vino, decidieron adentrarse en el tradicional mundo vitivinícola tan arraigado en este país para que su proyecto tuviese una gran expectación. La idea de elaborar un vino azul surgió al no sentirse nada identificados con la industria actual. "Nos propusimos crear un producto adaptado a un paladar normal, ya que parece que todo está reservado para paladares exquisitos y elitistas", reivindica uno de los creadores, Aritz López. Así que quisieron revolucionar el sector.
Crear, innovar, romper con el pasado y reinventar el futuro es el lema de los fundadores. La palabra Gïk, nombre del vino, también sigue este esquema. "Gïk es un conjunto de letras que estéticamente queda bien y se puede decir fácilmente en cualquier idioma. Precisamente su significado es la ausencia de significado", confiesa López.
Gracias a un equipo de ingeniería química de la Universidad del País Vasco consiguieron hacer una mezcla entre uva tinta y uva blanca. Además, "a partir de la piel del mismo fruto extraemos un pigmento de color azul y luego le añadimos otro llamado indigotina, así conseguimos este color tan peculiar", explica Aritz López.
La diferencia de esta bebida es que "no sabe como un vino. Es suave, fresco, dulce y afrutado. Sabe simplemente a Gïk", afirma el creador. Su color y su sabor han sido el punto de mira de los entendidos en el sector. "Sabíamos que desde el minuto uno se polarizarían las opiniones y nos tendríamos que enfrentar a todo tipo de comentarios. Por suerte, la inmensa mayoría han sido muy positivas", revela. Su innovación llama mucho la atención a los degustadores. Aunque también han sido objeto de muchas críticas por parte de personas del sector. "Nos dijeron que éramos unos blasfemos o también una vez nos incitaron a que dejásemos el negocio para dedicarnos a hacer aplicaciones móviles. Aunque ya te digo que para nosotros Gïk no es un vino", cuenta López. Y es que el sabor de esta bebida se parece más a un refresco que a un vino tradicional.
Gïk Blue en Mallorca
A esta revolución se han querido sumar algunos de los bares y restaurantes de Mallorca. En el restaurante del hotel ME Mallorca Melià "estaban buscando algo para diferenciarse de los demás y este vino llama mucho la atención", según cuenta uno de sus empleados, Fabio Fartirio. De momento, solo están promocionando la bebida para ver qué éxito tiene. Así que actualmente están ofreciendo una degustación gratuita a todos aquellos que comen en el restaurante. "Aunque hemos tenido algunas críticas porque no confían en la naturalidad del color, el 80% de las personas que lo prueban les gusta y un 40% lo compra", explica Fartirio. Además, para que el cliente no repudie a primera vista el vino, cuentan con dos camareros especializados que explican a los comensales cómo está hecho el vino y cuál es su historia. La buena acogida de esta bebida ha provocado que "sigan los pedidos para este hotel y así aparecer la próxima temporada en la carta oficial", informa el empleado.
Otro hotel donde se puede disfrutar de esta peculiar bebida es el Hotel Miramar, situado en el Port de Sóller. "Servimos el caldo solo, no está hecho ni para mezclar ni para combinar en cóctels", declara Martirio Olvera. Actualmente llevan muy poco tiempo promocionándolo, pero ya han conseguido cautivar a algunos de sus clientes.
Pero éstos no son los únicos establecimientos donde se puede disfrutar de la novedosa bebida. En el Mercat de Sant Joan ya aparecen en el escaparate, y también en algunos bares y restaurantes del Passeig Marítim de Palma como es el bar Castigo.
