Ya puestos a acalorarnos, ¿no es mejor que sudemos por una buena causa?
Seamos honestos, en verano el calor no es lo único que aprieta. No hay mejor estación para que los más fogosos hagan su agosto, ya que todo se conjura para empujarnos a disfrutar de los placeres carnales: sube la temperatura corporal, baja el número de prendas de ropa que llevamos y todo son tentaciones. Las vacaciones dejan más tiempo para recrearse al retozar, nos permiten poner en práctica acrobacias sexuales nivel Circo del Sol. Y si igualmente nos vamos a acalorar, ¿no es mejor que sudemos por una buena causa?
Salvo para los ´picadors´ mallorquines, el sexo es mucho mejor con frío
Sin ponerse exquisito, habrá que admitir que, aunque en verano hay más estímulos, el calor y la humedad hacen que el sexo en esta época
-con la honrosa excepción del que practican los picadors mallorquines, desde aquí mi reconocimiento- no sea como para recordar. El frío, en cambio, invita a perderse bajo la colcha en buena compañía. Sin prisas, que tampoco hay nada mejor que hacer. Que la mayoría de nacimientos sean en octubre demuestra que en invierno nos damos más -y mejores- achuchones.
