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¡Cómo hemos cambiado!

Becker, entre amores y obras ilegales en Artà

Los veraneos del extenista alemán han alternado entre torneos de golf, galas benéficas y estancias en su mansión de Son Coll, que pasó de ser un cobijo a un problema del que quiere desprenderse

El tenista Boris Becker en Sa Pleta Freda de Son Servera (i.) y navegando en una imagen de hace unos años. Lorenzo/IP

La presencia del triple campeón de Wimbledon en la isla ha evolucionado desde sus primeras visitas discretas en los ochenta, cuando despuntaba como tenista y disputó un torneo en el Palau d´Esports de Son Moix, a sus apariciones espectaculares una década después coincidiendo con la compra de la finca de Son Coll en Artà y la construcción de su mansión. Esta lujosa residencia sirvió a Boris Becker, actual entrenador del tenista Novak Djokovic, para cobijarse con sus parejas y sucesivos amores hasta que llegaron las primeras multas y expedientes por infracciones urbanísticas y se convirtió en un problema del que quiere desprenderse.

En julio de 1996 aterrizó con su primera esposa, Barbara Feltus y su primogénito Noah Gabriel y anunció que se instalaría en Mallorca huyendo del acoso de la ultraderecha que sufrían en Alemania tras casarse con la modelo afroamericana. Un año después adquirió los terrenos de Son Coll por 500.000 euros para levantar una vivienda.

La primera aparición pública de la pareja en agosto de 1998 coincidió con la visita a una exposición sobre indumentaria en la galería sa Pleta Freda de Son Servera. Feltus llega embarazada de su segundo hijo, Elías Balthasar, durante el estío de 1999. A partir de aquel verano y una vez instalados en su nueva residencia, el millonario deportista alterna sus descansos entre torneos de golf y galas benéficas.

La iniciativa solidaria Planet Mallorca para fomentar el deporte entre los más jóvenes fue una de las más sonadas, organizada por Becker en abril de 2001 en el hotel Royal Dorint de Camp de Mar y que contó con la presencia de la modelo Claudia Schiffer.

Sin embargo, a partir de ese año empiezan sus problemas urbanísticos y sentimentales. El Consell de Mallorca le obliga a derribar una parte de su nueva mansión por exceder en 500 metros cuadrados la superficie legal permitida. Además, se divorcia de su mujer tras el episodio del encuentro del ex tenista con la camarera rusa Angela Ermakova, del que nació su hija Anna.

En septiembre de 2012 pone a la venta la finca de Son Coll para intentar saldar sus deudas con el fisco al tiempo que empieza a desmantelar la parte ilegal de su residencia. Pese a sus complicaciones Becker sigue fiel a Mallorca donde da a conocer a sus parejas. En julio de 2005 es la estrella del torneo de golf de Air Berlin, en Camp de Mar y se repone de la ruptura con su novia Carolina Rocher viviendo un affaire con la joven bailarina rusa Elena L.

El verano siguiente organiza una gran fiesta en Son Coll con la presencia de 140 invitados y dos años después regresa a Andratx con el anuncio de su boda con la hija de su antiguo mánager, Alessandra ´Sandy´. La complicidad quedó en nada porque acabó cancelando su enlace. Su vida sentimental parece haberse estabilizado desde que se casó en 2009 con la modelo holandesa Lilly Kerssenberg. En agosto de ese año descansó con su actual esposa en Camp de Mar embarazada de tres meses de su hijo Amadeus. Una de las últimas imágenes públicas que se conservan de la familia relajada en su palacio veraniego de Artà es en agosto de 2010. Desde entonces se ha impuesto el silencio. El ex tenista ha intentado evitar varias subastas de su mansión que ha quedado abandonada.

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