Después de cinco días de clases náuticas en la Escuela de Vela de Calanova, los hijos de la infanta Elena, Froilán y Victoria Federica, recibieron ayer los diplomas del curso de vela al que asisten cada año, y al que se sumaron los hijos de la infanta Cristina el jueves, tres días después de su comienzo.

Los primeros en llegar a las instalaciones fueron los nietos de la reina emérita, que pasaron tiempo con sus compañeros de embarcación y sus profesores, hasta que a las cinco de la tarde apareció doña Sofía al volante de su automóvil, acompañada de su primogénita. Las dos vestían de manera casual y saludaron al personal del Club Náutico con una sonrisa y de manera muy cordial.

Al igual que el año pasado no hubo posado familiar ante los medios gráficos.

El reconocimiento empezó a las 17.15 horas y se trató de un evento privado que se llevó a cabo en una de las salas de la Escuela y en el que se proyectó un vídeo con imágenes tomadas durante el curso que precedió a la entrega de los diplomas. Más tarde, una vez los alumnos salieron de la sala, el evento terminó pasado por agua para los varones de la Familia Real.

El grupo de jóvenes del curso de vela bromeaban entre ellos e intentaban tirar a una de las chicas al agua cuando el hijo mayor de los Marichalar fue el que terminó empapándose. Poco después, le siguieron los hijos de la infanta Cristina, Pablo y Miguel, que también intentaron tirar a su hermano Juan con ayuda de su primo mayor, sin conseguirlo. Las únicas que se mantuvieron al margen fueron Victoria Federica e Irene, que no querían bañarse. Aun así, entre todos lograron mojar al profesor, que se llevó por delante a un par de sus alumnos.

Los jóvenes de la Familia Real se despedían de sus profesores y amigos mientras Elena y Sofía se mantenían cubiertas del sol en el interior de la cafetería del club. El evento terminó alrededor de las 18.30 de la tarde y poco después la familia volvió a Marivent.