Este verano se queda sin uno de sus acontecimientos más atractivos y simbólicos para la isla: se suspende la 43 edición de la marcha Des Güell a Lluc a peu por falta de financiación. Lo confirmaba ayer entre lágrimas el padre de esta aventura, Tolo Güell: "Este año no habrá marcha a Lluc a peu", aunque, como la esperanza es lo último que se pierde, desea con toda su alma que en 2017 se reanude esta romería con la ayuda del Consell.

De hecho, la institución insular ha mostrado su firme compromiso en que Des Güell a Lluc a peu sea una realidad el próximo verano. Esta manifestación de mallorquinidad estará organizada entre el Consell y el Grup Güell. La administración apoya al cien por cien la marcha, por ello, lamenta que no se haya podido celebrar este año. De todas formas, justifica que cuando empezaron las conversaciones con los organizadores, estaba demasiado cerca la fecha tope para ofrecer las garantías jurídicas y económicas para que el evento se celebrara.

Y es que el Grup Güell llamó a las puertas del Consell cuando por falta de ingresos suficientes no podía hacer realidad la marcha. "La administración no es tan rápida, necesita justificar todas sus partidas y sobre todo si hay distintos departamentos implicados", razonaron fuentes de la institución.

Por su parte, el fundador de esta aventura, Tolo Güell, confesó que se siente muy apenado porque este mes de agosto no podrá ver la continuidad de una marcha que comenzó en 1973 entre un pequeño grupo de amigos y familiares y que cuatro décadas después se ha convertido en una de las tradiciones más famosas de la isla. Hace unos años, Tolo Güell pasó el testigo al ahora presidente Pep Egea, pero asegura que durante todas las décadas que él estaba al frente nunca se había suspendido. "Nunca paramos de organizarlo, pero ahora todo cuesta mucho dinero, las subvenciones no son suficientes y hay mucho papeleo por hacer. Nosotros tres meses antes ya lo teníamos todo cerrado y yo veía que este año, se iba acercando la fecha y todo estaba en el aire".

Aunque no puede evitar emocionarse y llorar ante tal noticia, Tolo Güell mantiene la esperanza de que el Consell tome las riendas. De todas formas, se consuela sabiendo que han dejado "piedras por todos los pueblos" por los que pasa la marcha. También hay plantada un olivo ante el Bar Güell y distintas esculturas en la plaza Güell que recuerdan esta aventura.

Des Güell a Lluc a peu reunió el verano pasado a 8.000 marxaires. Para algunos se trata de una prueba deportiva, aunque para o otros es una romería. Lo que sí está claro es que para todos los participantes Des Güell a Lluc a peu es sobre todo un sentimiento y una manifestación de mallorquinidad.