-Para los despistados, ¿cómo es un concierto de Sweet California?
-Duran hora y media y se dividen en tres bloques: dos son muy bailables y animados, con coreos [coreografías] todo el rato; y luego está la parte acústica, donde los músicos se acercan a nosotras y cantamos en español, con lo que llegamos más a la gente.
-¿Solo a los adolescentes?
-Después del concierto se nos acercan muchos padres y nos comentan: "Mira, he venido por mi hija y yo no sabía que cantarais así. Me he hecho fan vuestro". Eso nos encanta.
-Muchas de las letras son en inglés. ¿Falla la conexión?
-La juventud poco a poco está más metida con el inglés. Es verdad que los adultos disfrutan más con las que cantamos en español. Pero bueno, más que fijarse en las letras lo nuestro hay que bailarlo, reír y disfrutar.
-¿En qué ciudad les adoran?
-En Alicante, Sevilla y Madrid, las ciudades en las que nacimos. Y también en Murcia, no sabemos por qué.
-¿Se les resiste alguna plaza?
-Aún no hemos estado en Canarias. Por lo que nos cuentan es más difícil, casi es otro mundo, la gente no escucha la misma música que en el resto de España, o eso nos dicen. Este verano iremos.
-¿Qué les enamora de Mallorca?
-Sus playas, aunque cuando vamos de concierto no tenemos apenas tiempo para ellas. Yo [habla Alba Reig] en Mallorca he estado bastante. Antes de Sweet California viví un año en s'Arenal. Me encanta la isla. Solía ir a Cala d'Or.
-¿Qué ambiente se respira en el camerino antes de salir?
-La gente normalmente antes de tocar se prepara y hace ejercicios vocales pero nosotras estamos un poco locas y nos dedicamos a hacer la tonta, nos abrazamos, nos reímos y saltamos.
-¿Conciben la música como un juguete?
-Como un trabajo/hobby. Muy poca gente puede trabajar de lo que le gusta, y somos conscientes de ello, pero las tres somos muy responsables. Al final es un trabajo, una manera de vivir y hay que ser constantes porque esto no cae del cielo.
-¿Qué canciones suyas tienen más pegada?
-I knew better, con la que abrimos los conciertos, con un vídeo de presentación y nosotras con unas capas; y una muy especial, No, que habla de todo lo que hemos pasado en los últimos meses con la salida de Rocío [Cabrera] del grupo y la entrada de Tamara.
-¿Por qué se fue Rocío?
-Es un tema que no hemos hablado públicamente. Tampoco hay mucho que hablar. La respetamos y ya le dijimos que dijera ella los motivos. La queremos mucho y seguimos siendo amigas.
-¿Qué ha aportado Tamy?
-Energía y mucha fuerza. La conocíamos de los últimos tres años, porque trabajaba con nosotras en los coros. Fue una suerte tenerla tan cerca.
-¿El éxito ya está digerido?
-Hasta que no sea mayor [dice Alba] y sea una viejecita en su sofá no voy a asimilar lo que estamos viviendo. Va todo tan rápido y somos tan jóvenes que no tenemos tiempo. Llevamos tres años sin parar, con un premio MTV por en medio.
-¿Qué hacen tras un show?
-Después de un concierto, si ha salido bien, que suele ser así, nos montamos otro paralelo en el camerino. Salimos del escenario eufóricas, dispuestas a seguir bailando.
-¿Y si sale mal?
-Somos muy exigentes y si algo se descuadra del show es verdad que hablamos con quien tengamos que hablar para solucionarlo.
-Dance, pop, baladas, en inglés, en castellano, coreografías... Se atreven con todo. ¿Tienen algo de wonderwoman, de superheroína?
-Sí, un poquito. Nos gusta la variedad y estamos a gusto tanto con una balada como con una canción más country. Mientras sean canciones divertidas, con buenas letras y entren en nuestro pop, ningún problema.
-¿Se les pegó algo de las Spice Girls?
-Quizá la alegría y su energía.
-¿Qué sienten cuando ven a un seguidor de Sweet California llorando sin parar en un concierto?
-Verles llorar nos da mucha penita. Pero si lo sienten así... la música es algo muy poderoso. Lo más bonito que te puede dar la música es emocionar.
