Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con ciencia

Bacteria

Bacteria

Tuve la bacteria Helicobacter pylori fastidiándome el estómago desde mucho antes de que se identificase ese microorganismo como el causante de las úlceras y hasta que conocí a Cristina, mi mujer, que es médico y, pese a mis dudas al respecto, me la eliminó. Durante los más de treinta años en que albergué la bacteria en mis tripas, no pude infectar a ningún neandertal por la razón bien simple de que se habían extinguido hacía muchísimo tiempo. Pero tampoco sé si contagié a algún humano por otro motivo de peso: que no se sabe cuál es el mecanismo de infección. He hecho una búsqueda rápida en MedLine y salen numerosas relaciones entre esa bacteria, el cáncer de estómago e incluso el mal de Alzheimer pero no he encontrado ninguna clave sobre la manera como la Helicobacter se transmite de un sujeto a otro.

Todo esto viene a cuento porque dos investigadores del campo de la paleoantropología, Charlotte J. Houldcroft (de la universidad de Cambridge, Reino Unido) y Simon J. Underdown (de la de Oxford en el mismo país) han publicado un artículo en el American Journal of Physical Anthropology en el que, mediante comparaciones genéticas, morfológicas y arqueológicas entre los neandertales y nuestra especie, apuntan a que la transferencia de patógenos que nuestros ancestros trajeron a Europa desde África podría haber sido la causa del contagio, enfermedad y a la postre extinción de nuestros parientes más cercanos. Habida cuenta que es ya un hecho más que aceptado que neandertales y humanos modernos se mezclaron, es decir, tuvieron relaciones sexuales, los autores infieren que muy bien podrían haberse contagiado patógenos. Hasta ahí se trata de algo de sentido común; aplicándolo se concluye que el contagio podría haber afectado no sólo a la bacteria de las úlceras sino también al herpes o a la gripe común.

Houldcroft y Underdown basan su modelo especulativo en el análisis de los haplotipos arcaicos (la combinación de genes propia de los neandertales) y la presencia de su huella mantenida en determinados lugares de los cromosomas de humanos actuales que cuentan con poca prevalencia de infección por la bacteria Helicobacter. De ahí es posible inferir que los neandertales podrían haber desarrollado pocas defensas contra un patógeno que no les afectaba y estarían, pues, desprotegidos cuando los cromañones trajeron la bacteria desde África.

La pirueta conceptual que relaciona a los neandertales con esa posible infección indica que semejante circunstancia podría haberse dado, cierto es. Pero de esa forma no cabe sacar grandes conclusiones evolutivas. La cantidad de posibilidades que podrían haberse sucedido en la interacción entre neandertales y humanos modernos es enorme y afecta a aspectos que llegan incluso a la capacidad para la expresión artística. De ahí a concluir que exterminamos a los neandertales a fuerza de contagiarles algo media un paso demasiado grande y arriesgado.

Compartir el artículo

stats