"Qué lástima", era el suspiro de la mayoría al enterarse de que el histórico comercio de Palma Casa Roca echa el cierre después de más de 166 años abierto.

"Qué disgusto acabo de llevarme, me encanta esta tienda llena de magia y encanto", se lamentaba un internauta, mientras otro la describía con cariño: "La tienda multiservicios, la tienda de los cumpleaños, de las fiestas, de los guateques, la de los inicios de curso, la del papel cebolla, donde comprar los rotuladores y la pastelina. La Vía Sindicato no será igual, pero yo seguiré enseñando a mis hijos y nietos la calle donde está y siempre estará Casa Roca".

Los internautas recibían con "pena" la desaparición de otro local que marcó la vida de tantos palmesanos. Otros lectores criticaban que "estamos dejando perder el encanto del pequeño comercio para dar paso a multinacionales. Al final seremos todos clones", se indignaban.

Lo cierto es que hasta el alcalde de Palma, José Hila, mostró su preocupación por el cierre de otro negocio emblemático de Ciutat y ofrecio los servicios de Palma Activa "para buscar un relevo al frente del comercio", en caso de que la dueña cambie de opinión y quiera traspasarlo. La propuesta del primer edil fue recibida con reticencias por muchos que le espetaban: "Lo dice para quedar bien. Más podría ayudar no dando más permisos a grandes cadenas que se comen al pequeño comercio local".

"Pero si los herederos no quieren seguir con el negocio y esta mujer se ha ganado la jubilacion sobradamente... ¿No es mejor centrarse en ayudar a aquellos negocios que realmente quieren seguir abiertos y necesitan de un empujon para seguir adelante?", cuestionaban también al alcalde.

En la plana de sucesos, el crimen de Cala Millor siguió acaparando el interés en el digital esta semana, tras entrar en prisión la acusada de matar a su marido a puñaladas. "Violencia doméstica, quién sabe lo que tendría que aguantar el pobre hombre", señalaban.