El acto "oficial" que ayer protagonizó la Familia Real en Palma duró menos de una hora. Mínimo histórico para la habitual Misa de Pascua en la Catedral de Mallorca. Los Reyes, sus dos hijas y doña Sofía -misma estampa que el año pasado- llegaron justísimos a la misa (a las 11.59) y partieron los primeros a su término. A las 12.52 ya estaban todos metidos en el coche para poner rumbo al Palacio de Marivent.

Como manda la tradición, decenas de curiosos se agolparon en las vallas que acordonan los alrededores de la Seu para saludar o inmortalizar con sus móviles a don Felipe, doña Letizia y al resto de la familia. A su llegada, en un Ford conducido por el propio Monarca, pudieron escucharse algunos aplausos y "guapas" a la Reina y las pequeñas Leonor y Sofía. A las puertas del templo, les aguardaba el obispo de la isla Javier Salinas y los miembros del cabildo catedralicio. Antes de iniciar el besamanos, hicieron una pequeña parada ante los flashes. Para la ocasión, Felipe VI optó por un traje azul marino con camisa blanca y corbata a rayas. Letizia lució pantalones oscuros rectos y camiseta también a rayas, con un toque de color gracias a una chaqueta de mohair fucsia que ya había llevado en la pasada Feria Arco, celebrada en febrero. También repitió la cartera rosa de Adolfo Domínguez. Más primaveral vistió Sofía, con un abrigo de estampado floral con el verde y el morado como protagonistas. De nuevo, la princesa Leonor y la infanta Sofía se enfundaron en un look muy similar. La primera fue con pantalones largos de color gris, manoletinas a juego y una blusa blanca de Nanos. Su hermana iba igual, pero con los pantalones de un azul muy claro. Las chaquetas, en rosa palo y beige, eran de Pili Carrera.

Durante el posado, algunos ciudadanos y turistas se colaron en la zona de prensa, donde los fotógrafos hacen guardia desde muy temprano para conseguir un buen sitio desde donde disparar. Los curiosos más listos pudieron sacar fotos a la Familia desde más cerca, siempre sin rebasar las vallas.

Una vez más, el Rey don Juan Carlos se ausentó de la cita. Hace dos años ya que no se ve al Rey emérito en un acto público en la isla, en concreto desde la proclamación de su hijo. Tampoco se acercó hasta Palma la infanta Elena. La infanta Cristina lleva apartada de las actividades en las que participa Casa Real desde 2011, pero, junto a su marido, Iñaki Urdangarin, ha estado en la capital balear semanas atrás, cuando tuvieron que declarar como acusados en el juicio del caso Nóos.

Los saludos protocolarios a los miembros del clero se produjeron con celeridad. Más que el año pasado porque ayer no hubo autoridades políticas aguardando a los Reyes, una tradición que practicó el expresidente José Ramón Bauzá (PP) durante los últimos cuatro años. Así, se notó bastante la ausencia de representantes del Govern balear, conformado por socialistas y econacionalistas con el apoyo de Podemos.

Justo antes de que se cerraran las puertas, las dos pequeñas saludaron con la mano al pueblo que las aclamaba fuera. Mientras, todos los ojos las escrutaban. Y empezaron a verse algunos detalles. Por ejemplo, este año la princesa y la infanta ostentan la misma estatura a pesar de que la Heredera sea dos años mayor que su hermana.

Ya en la Catedral, la Familia se sentó en primera fila para atender el oficio, pronunciado por el prior Lluc Riera. Durante el paseo hasta los primeros puestos del templo, no pararon de ser fotografiados y saludados por los fieles -entre ellos, podían contarse numerosos turistas-. Orquesta de clics y después silencio para la misa, que contó con la participación de las corales de la Escolanía y la Capella Jove de la Seu.

En 50 minutos, se reanudó el trajín. Una vez finalizado el oficio, cerca del medio millar de personas que aguardaba frente a la Seu regresó a sus puestos para darse el segundo baño monárquico.

A las 12.50, se abren las puertas. La Familia no tarda en salir. La despedida es rápida y algo descafeinada. Don Felipe y doña Letizia no van a romper el protocolo como hicieron el año pasado, su primera Misa de Pascua como Reyes. Se despiden de las autoridades eclesiales y regresan al coche con el que llegaron. Se vuelven a escuchar aplausos mientras ponen rumbo a Marivent, donde comerán para regresar al poco a Madrid.

Los Reyes y sus hijas llegaron el pasado sábado a Palma, mientras Sofía ha permanecido en la isla unos días más. Si la Familia pasará el verano en Mallorca es una incógnita y depende de si habrá elecciones en junio y de la futura formación de gobierno. De momento, siguen fieles al Domingo de Resurrección mallorquín.