El hilo conductor del próximo Festival de Pollença será exclusivamente la música clásica o culta. El alcalde del municipio Miquel Àngel March explicó ayer que el ciclo -que llega a su 55ª edición- recupera su espíritu original centrándose en este género, "pero atendiendo también a la innovación con algún concierto más contemporáneo". En el cartel de la próxima edición, más diseñado para los melómanos que para el gran público, no hay rastro de música pop o de flamenco, de la programación de películas y la presencia de sus directores o del curso literario por el que pasaron reputados escritores como Jon Lee Anderson, Donna Leon, Petros Márkaris o Eduardo Mendoza, entre otros.

Cumpliendo con las indicaciones del consistorio, el director artístico del festival, Joan Valent, presentó ayer un programa de siete conciertos circunscrito al mes de agosto en el que destacan intérpretes internacionales como Michel Camilo, Valentina Varriales, Daniel Hope, la orquesta de cámara de Zúrich o el Kronos Quartet.

La primera cita (4 de agosto), con la Simfònica de Balears dirigida por Ángel Gil-Ordóñez y acompañada por Michel Camilo al piano, responde a la petición municipal de descorchar el festival "con un concierto fuerte y singular". Se interpretarán partituras de Bernstein y Gershwin. Por este programa, Camilo recibió el Grammy a la mejor grabación. Esta actuación se origina también en la voluntad de seguir manteniendo la colaboración y presencia de la orquesta de las islas en el ciclo, extremo que impulsó Valent en las pasadas ediciones (con excepción de dos: una en que la formación estaba en huelga y otra en la que hubo un problema de organización con su anterior gestor). El músico llegó a lanzar la propuesta de convertir a la Simfònica en orquesta residente del festival.

Un repertorio de música barroca italiana protagonizará el siguiente concierto, previsto para el 6 de agosto. Uno de los ensembles barrocos más importantes del panorama actual, Cappella Neapolitana Antonio Florio, antes Vappella della Pietà de' Turchini, interpretará junto a la soprano Valentina Varriale obras de Benevoli, Fiorenza, Leo, Pergolesi y Vivaldi.

Uno de los grandes conciertos, según Valent, será el de día 9. Los motivos: la presencia en Pollença de una de las mejores orquestas de cámara del mundo, la de Zúrich. "Está formada por los mejores solistas que hay en estos momentos", detalló el director. Junto a ellos, el pianista Sebastian Kanuer y el violinista Daniel Hope, actual director de la formación y quien repite en el festival. "Hope es una estrella de la música clásica y uno de los cincio mejores violinistas del mundo", aseguró Valent. El programa, obras de Grieg, Bach, Elgar y Mendelssohn.

En la siguiente cita, el 13, se reunirán solistas de la Filarmónica checa y la pianista Judith Jáuregui. "En este concierto, se cumple uno de nuestros objetivos: unir una gran formación con un nuevo valor de nuestro país", sostiene Valent, quien asegura que no es posible contratar orquestas sinfónicas completas para el festival por su elevado coste. "Traer una costaría entre 70.000 y 100.000 euros y el presupuesto que tenemos para contratación es de 180.000 (el total asciende a 290.000, amén de las aportaciones de la Caixa Colonya-Fundació Guillem Cifre, el Hotel Barceló Formentor y quizá alguna partida del Govern)".

Como cada año, el ciclo sigue manteniendo una implicación de cariz más popular con uno de sus espectáculos. En esta ocasión, el día 15 se celebrará el concierto familiar Ma, me, mi... Mozart!, producido por el Auditori de Barcelona.

Plato fuerte del festival y que lo eleva a la altura de cualquier otra cita europea es el Kronos Quartet, que tan poco se prodiga por nuestro país. "Es el cuarteto de cuerda más conocido del mundo", señala Valent. Da envidia ver los compositores con los que han trabajado y grabado: Philip Glass, Steve Reich, Roberto Carnevale o Terry Riley. La formación acude a Mallorca por la relación que mantiene con algunos de los artistas -como Michael Nyman- que ya han venido antes al ciclo gracias a Valent y sus contactos.

Tomeu Moll y Albert Díaz al piano -cantera balear, otra de las apuestas del ciclo año tras año- cierran el festival el 27 de agosto. Interpretan Mantra de Stockhausen con Remmy Canedo al frente de la música electrónica.