-Hay empresas que proponen a las empleadas congelar sus óvulos para no frenar sus carreras y preservar la posibilidad de ser madres en el futuro.

-La crionización de ovocitos me parece una buena técnica si sabes que por tu carrera, por lo general universitaria, son muchos los años que inviertes hasta que tienes un puesto estable. O también si se produce una ruptura de la pareja a los treinta y pocos, y te preguntas ¿y ahora qué? ¿Otra pareja a toda prisa? Yo aconsejo: 'crioniza, y luego ya decides si eres madre sola o con una pareja'. Sin embargo, crionizar para centrarte en escalar, creo que no. Debe haber paradas para que las mujeres tengamos hijos, y diré más, las mujeres trabajamos mejor cuando somos madres. Existe un periodo en que no puedes ofrecer el máximo rendimiento, pero luego te multiplicas exponencialmente. Tu capacidad se agiganta.

-A nosotras se nos pasa el arroz, ¿y a ellos?

-A ellos también, pero si la mujer es más joven sus ovocitos mejoran el esperma. Si se trata de personas de la misma edad, y hablo de cuarenta y pocos, se plantea un problema que se suele resolver más a menudo con la donación de gametos femeninos que masculinos. Los hombres viven muy mal la donación de esperma, se sienten muy alejados de la paternidad cuando la parte eyaculatoria no participa.

-¿Qué opina de la gestación por subrogación?

-Sobre los vientres de alquiler me cuesta más definirme y por eso me retiré en el asesoramiento. Tengo dudas. Se habla de la herida emocional en el momento del parto cuando al bebé se le separa de la madre para darlo en adopción, y en este caso se producirá la misma. Yo creo que es mucho más importante el vínculo del feto con la madre que la genética. Así, el vientre de alquiler para preservar la genética nos lo deberíamos cuestionar. Si el útero de la mujer no está bien, entonces sí puede representar una buena opción.

-¿Qué le diría a una mujer de 25 años que cree que tiene todos sus óvulos y la vida por delante?

-Las mujeres en general nos tenemos que plantear qué queremos en nuestra vida, no solo lo que podemos conseguir o nos han dicho que podemos conseguir. El proyecto de la maternidad, como el vital o laboral, hay que considerarlo desde joven. Pensar en ello, sencillamente. No quiere decir que lo hagas de inmediato, pero sí es importante que no lo pierdas de vista.