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Con Ciencia

Cámbrico

Cámbrico

Varias veces me he referido en esta columna a las extinciones masivas de organismos y su contrapartida, los periodos en los que hubo una eclosión de seres vivos. Esos procesos gigantescos de cambio ponen de manifiesto por qué la ciencia de la evolución es una disciplina histórica en la que no caben leyes predictivas. Nos limitamos a intentan entender por qué se produjeron esos fenómenos de alcance planetario y, a medida que se van aclarando, cada vez es mayor el papel que se otorga al azar como verdadero generador de lo que ha sido la historia de la vida en la Tierra. Aunque siguen existiendo los que prefieren recurrir a explicaciones mágicas -el diseño inteligente- o absurdas sin más -la llegada de extraterrestres con los organismos en la maleta- los científicos, trabajando con arreglo a su disciplina, avanzan poco a poco en la explicación de lo que antes era un misterio.

La revista Nature ha publicado el trabajo de un periodista especializado, Douglas Fox, dedicado a la síntesis de los avances recientes que se han logrado en el estudio de la llamada explosión del Cámbrico, ese periodo en el que aparecieron los ancestros más remotos de los animales complejos que existen hoy. Hasta entonces la vida se había caracterizado por faunas más bien simples que, aun así, habían producido cambios ecológicos gigantescos en el planeta. Como el más crucial de todos, el de la sustitución de la atmósfera reductora por la oxidante que conocemos hoy. Pero aquellas cianobacterias seguían siendo seres unicelulares sin núcleo. Con la llegada del Cámbrico el panorama cambia de raíz: surgen artrópodos con sistemas de detección del entorno -ojos- y movimiento -patas- semejantes a los nuestros. ¿A causa de qué?

Fox realiza una síntesis de los diferentes trabajos que, como el llevado a cabo por el equipo de Erik Sperling de la universidad de Stanford (California, Estados Unidos), han permitido detectar un incremento significativo del nivel de oxígeno libre en la atmósfera en la transición del Pre-Cámbrico (Edicarense) al Cámbrico. Fruto de la síntesis hecha por Fox es la aparición de un panorama insólito en el que los niveles tróficos actuales, con grandes predadores y sus presas, tienen su reflejo.

He comprobado con sorpresa y cierta lástima que el trabajo de Fox no cita en ningún momento a Stephen Jay Gould, quien fue con seguridad el autor capaz de sorprendernos más en la interpretación de las formas de vida del Cámbrico poniendo de manifiesto que existieron entonces organismos tan extraños como los de Burgess Shale. Recuerdo con nostalgia lo que fue descubrir de la mano de Gould seres como Hallucigenia, cuyo nombre lo dice todo, de qué forma oían los alumnos sus propuestas y lo que me supuso el poder visitar el Museo de Historia Natural de Nueva York en el que se exhibe la fauna de Burgess Shale. Quizá ahora sepamos más del Cámbrico que cuando Gould escribía pero estoy convencido de que lo que averiguamos no nos emociona más.

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