La Asociación para la Revitalización de Centros Antiguos (ARCA) ha nombrado candidatos a sus premios anuales a la destrucción del patrimonio al Ayuntamiento de Palma por querer derribar el monolito de Sa Feixina y por negligencia al custodiar bienes del Casal Balaguer y al bar de la fortaleza de Sant Carles. La entidad entregará hoy en su cena anual los premios a la protección y a la destrucción del patrimonio del año 2015 .

ARCA ha nominado al premio a la destrucción al Ayuntamiento de Palma por "falta de rigor en la custodia del mobiliario y otros elementos patrimoniales del Casal Balaguer", material que ha sufrido varios robos cuando estaba almacenado mientras duraban las obras de rehabilitación del edificio del siglo XVIII.

Según la entidad, los responsables municipales no actuaron con celeridad para intentar recuperarlo, algo que revela "falta de responsabilidad y eficacia a la hora de velar y conservar los bienes culturales que formaban parte del Casal Balaguer".

Los empresarios promotores del bar Lolita, chill out en la fortaleza de Sant Carles también son candidatos por dañar el Bien Cultural construido en 1762 al instalar su negocio allí en la primavera de 2015 y "alterar considerablemente este bien cultural con la construcción de una piscina, con grandes toldos, sembrando palmeras y construyendo un vallado".

Con la candidatura ARCA quiere denunciar su poco respeto hacia el patrimonio cultural y "la aparente complicidad del anterior responsable de Autoridad Portuaria, Alberto Pons por haber permitido este proyecto y no haber tenido en cuenta la legislación en materia de Patrimonio Histórico".

El nuevo gobierno del Ayuntamiento de Palma también es candidato por querer destruir el monumento de sa Feixina, obra del arquitecto Francesc Roca i Simó, erigido en 1948 en memoria del crucero Baleares, una propuesta que ARCA considera "un grave error", después de que el monolito fuera despojado de su simbología fascista en 2010 y adaptado a la Ley de Memoria Histórica.

En el lado positivo, ARCA ha nominado a Mikael y Johana Landström por su trayectoria empresarial en el hotel Portixol; la recuperación de la antigua fábrica Ramis de Inca, y el Casal de Cultura Museu de Sóller.