El Mercadet de Nadal de Es Refugi abre sus puertas hoy en el patio de La Misericòrdia, donde permanecerá hasta el próximo sábado. Las ventas de objetos de decoración, antigüedades, libros y una tómbola servirán para sufragar un proyecto de ayuda a las personas en riesgo de exclusión social que ya ha cumplido 25 años.

-¿Qué ha cambiado en estos 25 años del Mercadet?

-Marieta Salas. Muchísimo. Al principio atendíamos a los drogadictos y alcohólicos. Siempre nos adelantamos a la sociedad, por lo que hoy curiosamente ayudamos a personas que han perdido su empleo, que no tienen recursos para pagar el apartamento de su mujer e hijos y otra casa independiente, en el caso de los divorciados, y que están con nosotros solo por un tiempo, no como el antiguo usuario, que permanecía por un tiempo indefinido. En verano hay menos personas que en invierno, cuando hay menos trabajo.

-¿Cuáles han sido los momentos clave en estos años?

-J.S. Uno clave fue la escisión de Es Refugi, cuando los colaboradores como Jaume Santandreu se separaron de mutuo acuerdo para atender cada uno un grupo de personas distinto. Él cogió los maginados socialmente por drogadicción y enfermos, y nosotros tenemos otro perfil de usuario, gente en riesgo de exclusión social que necesita una ayuda. Estan divididos entre solteros y separados, tenemos pocos casados. Ha ido aumentando la edad del usuario. Ahora tienen más de 45 años y es muy difícil que vuelvan a encontrar trabajo.

-¿Qué es lo más importante para poder ayudarles?

-M.S. Toda idea buena para ayudar a los demás primero debe estar bien organizada. Es lo que hicimos: organizarnos, crear el Refugi y gestionar bien los recursos. Siempre quisimos tener un sitio nuestro, lo hemos conseguido a base mercadillos, alguna donación y mucho orden económico. Ahora tenemos ca L’Ardiaca, nuestras necesidades básicas están organizadas y ya no vivimos con el temor de lo que va a ocurrir al mes siguiente y si podremos dar de comer a nuestros usuarios. Cada año hacemos algo nuevo, el pasado hicimos el comedor y éste vamos a dar veinte becas de colegios para comida para niños. Hay muchos niños que no pueden pagarse el comedor de la escuela. Este es un proyecto muy bonito.

Au usted la ha llenado mucho.

-El mercadillo de Navidad sigue siendo su fuente principal de ingresos.

-M.S. En efecto, es importante decirlo y por eso precisamente este año muy importante. Icónico y de celebración en el que hay que dar las gracias a todos los voluntarios que lo hacen posible.

-¿Cómo surgió la idea de hacerlo?

-M.S. Fue hace 26 años en la antigua sede de ARCA. No hacíamos ni publicidad, funcionaba el boca a boca. Fuimos el primer mercadillo. Después esto se convirtió en una cita imprescindible para aquellos que quieren ayudar relacionándose con los demás de una manera entrañable.

-¿Cuántas personas pueden haber atendido en estos 25 años?

-M.S. No lo sabemos con seguridad pero han sido miles. Hemos tenido un promedio de cien anuales en el centro de acogida, porque hay una rotación y en realidad son miles. En los últimos tres años la edad de los usuarios ha subido entre un 17 % y más.

-¿Qué esperan para los próximos 25 años?

-M.S. Que se implique gente joven, pues llegará un momento en que nosotros ya no estaremos pero los problemas sociales sí. Es importante que esto perdure en el tiempo, adaptándose a las nuevas demandas. Nosotros hemos de estar donde estén las necesidades.