Un equipo australiano capitaneado por el piloto de pruebas Rosco McGlashan se prepara para establecer un nuevo récord de velocidad en tierra con un vehículo propulsado por un cohete.

El objetivo del Aussie Invader, con sede en Perth, es alcanzar una velocidad de 1.610 kilometros por hora (mil millas) con su modelo 5R, más rápido que la velocidad a la que una bala sale de un arma de fuego.

"La mayor parte de lo que estamos tratando de lograr que nunca se ha hecho antes", dice el miembro del equipo Aussie Invader, Mark Read. "Cada parte del coche está hecho a medida, simplemente no se pueden comprar estas piezas ya hechas".

Por ejemplo, las ruedas están mecanizadas a partir de bloques sólidos de aluminio de grado aeroespacial, cada rueda pesa 140 kilos, y a 1.610 kilómetros por hora, girarán a 10.000 revoluciones por minuto. "Esto significa que soportarán una presión de 50.000 g, es decir, que un kilo en la llanta a esas velocidades, pesaría 50 toneladas", agrega en declaraciones a Science Network.

El equipo está poniendo a punto su vehículo con la ayuda de expertos en aerodinámica, ingeniería, propulsión de cohetes. La construcción del vehículo de alrededor ronda un coste de 4 millones de dólares, mucho menos que los cientos de millones gastados por un equipo competidor británico, que ostenta el actual récord en 1.223 kilómetros por hora.

"Nuestro coche es de diseño simple, alimentado por un sólo cohete y con pocas partes móviles", dice Read. Una gran cantidad de piezas se ha diseñado con diseño asistido por ordenador, y se ha probado con dinámica de fluidos computacional. Correr a mil millas por hora es la gran barrera que queda en el automovilismo.