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Psicología

Musicoterapia, un nuevo canal para transmitir emociones

Las sesiones permiten estimular la memoria de niños y ancianos, además las canciones se convierten en una herramienta de diálogo con las personas autistas

Un anciano practicando la musicoterapia. Gabriela Guaglione

Estimular la memoria de ancianos, comenzar a fortalecer el vínculo entre una madre y su hijo, todavía en gestación, o lograr el diálogo con una persona autista son alguno de los beneficios de la musicoterapia. Esta disciplina consigue experimentar nuevas sensaciones musicales en los seres humanos. La música nos puede ayudar en nuestros estados emocionales, por ejemplo, consigue que estemos más alegres. También puede mejorar la comunicación en personas con tratamientos.

"La musicoterapia sirve para promover y facilitar la comunicación, la socialización y mejorar la calidad de vida de las personas asistidas. Se trabajan tanto aspectos psíquicos, emocionales, físicos, sociales y cognitivos", explica Gabriela Guaglione musicoterapeuta desde 1990. La argentina lleva ocho años en Mallorca y es la única que figura en el Registro Español de Musicoterapeutas de España (REMTA). "Creo que es una profesión que se desconoce, por eso, desde que estoy en la isla me he dedicado a difundirla", relata. Guaglione ha conseguido que se introduzca la musicoterapia en Mallorca y lo ha hecho trabajando tanto con niños como con personas mayores.

La musicoterapia sirve para promover y facilitar la comunicación, favorecer la socialización y mejorar la calidad de vida de las personas asistidas. "Para poder desarrollar un buen tratamiento pedimos al paciente y a su familia que completen una ficha musicoterapeuta, donde les preguntamos sobre la historia personal y familiar. Por ejemplo, qué les rodeó en el embarazo (si le cantaban, si la madre trabajó o tuvo que guardar reposo) o sus preferencias musicales. Otras cuestiones son si le agrada el contacto físico, cómo se comunican, dónde viven, sus orígenes, si tocan algún instrumento, si miran la televisión o si escuchan radio", desglosa Gabriela Guaglione.

Para entender la musicoterapia la profesional explica que se utilizan una serie de términos: "En musicoterapia hablamos de ISO, que significa Identidad Sonora. Antes de nacer estamos en contacto con experiencias sonoras y en el transcurso de la vida cada uno crea su propia biografía sonora musical, que se va formando de acuerdo a las características familiares. Por tal motivo, al trabajar con canciones tenemos en cuenta las características, preferencias y rechazos musicales de cada asistido".

Los ritmos musicales tienen mucho que ver en el día a día. "En los momentos que necesitamos tranquilidad buscamos ritmos suavemente acentuados, donde la variación es mínima o está ausente. Son armonías simples y tiempos suaves. En cambio, si nuestro día se presenta duro y agitado, los ritmos con sonidos de percusión separados o con cambios repentinos en la dinámica son los ideales ya que estimulan la actividad física (por ejemplo, la música que escuchamos al salir a correr)", narra la musicoterapeuta. Según Guaglione, la música de por sí es buena, provoca la liberación de la hormona del placer (dopamina). "Es bueno escuchar música cada día", sentencia. "Es ideal escuchar música, sobre todo cuando son esas canciones que a nosotros nos agradan. Nuestros gustos musicales se guían por la hormona del placer, nos proporciona mayor felicidad. Nuestros temas favoritos o lo que denominados nuestra canción son los que consiguen tal placer", concreta la experta.

Para trabajar la memoria Gabriela Guaglione realiza diferentes juegos: "Por ejemplo, tararear una melodía para que los pacientes reconozcan la canción. Otra alternativa es observar imágenes de cantantes y escuchar canciones de cada uno. También ayuda reconocer sonidos del medio ambiente, animales o medios de transporte".

La musicoterapia puede ser de real ayuda para las personas con autismo. "Los autistas presentan dificultades en la comunicación y a nivel social, promueve la apertura de un canal de comunicación. Desde la musicoterapia se despierta la intención comunicativa. En general, intentaremos ofrecerles seguridad con melodías conocidas por la persona y desde el acompañamiento rítmico, tanto corporal como sonoro". Un aspecto muy importante es no invadir el espacio del paciente, cuenta Gabriela Guaglione. "En la terapia es recomendable la voz del musicoterapeuta en vez de las grabaciones ya que prefieren la voz humana", concluye.

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