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Reportaje

¿Tiene Mallorca identidad musical?

Responder a este interrogante es uno de los propósitos de ´Ferments´, álbum que incluye un doble cedé y un DVD con la participación de quince artistas y que se presentará hoy en el Estudi General Lul·lià

El músico Biel Majoral y el director de ´Ferments´ Miquel Brunet.

¿Existe un movimiento musical propio de Mallorca al estilo del flamenco, la música celta, el folk irlandés o el pop británico? ¿Y si no existe, qué elementos se han de generar para que sea posible? Estas son dos de las preguntas que se formulan en Ferments, un ambicioso proyecto multidisciplinar levantado por Miquel Brunet que ve la luz en formato de álbum. Dos cedés y un documental que serán presentados hoy a las 19 horas en el Estudi General Lul·lià (Carrer de Sant Roc, 4) con la participación de algunos de sus protagonistas.

"Ferments es una reflexión sobre la identidad musical de Mallorca, conectando los jóvenes, el jazz y las músicas modernas con el canto y las tonades del campo, a través de la experimentación sensorial, y en especial la gastronomía", explica Brunet, convencido y apenado ante un hecho evidente: "Mallorca se está convirtiendo en un parque temático en el que no se tiene en cuenta ni a Mallorca".

Mateu Xurí durante su participación.

El plan de Brunet comenzó por reunir a quince especialistas de diferentes disciplinas (cocina, música, danza, poesía y enología) y encerrarlos durante tres días en los estudios de Ona, en Bunyola, con el fin de crear "una obra sin partitura y con la única ayuda de estímulos sensitivos: comer, beber, mirar y escuchar".

"Ferments se basa en el Bitches Brew de Miles Davis, que en su día vio cómo el jazz se diluía y quiso reivindicar sus raíces negras y africanas", subraya Miquel Brunet.

Si en aquel experimento Davis jugó con el jazz y la electrónica, en este Brunet ha creado un vínculo entre las tonades de campo que reinterpretan Biel Majoral o Sebastiana de Son Roca con la música que a diario ejecutan en clubes de jazz músicos como Pep Lluís García, Miquel Àngel Rigo o Josep Oliver.

La sección de vientos en un momento de la grabación.

Delfí Mulet (guitarra), Wojtek Sobolewski (bajo eléctrico), Antoni Artigues (rapsoda), los Germans Martorell, el glosador Mateu Xurí y el musicólogo Antoni Pizà -colaborador de DIARIO de MALLORCA- son otros de los artistas participantes en Ferments, un trabajo que también desprende aromas. "Al proyecto se sumó Maria Solivellas (restaurante de Caimari Ca na Toneta), quien decidió que son las sopes mallorquines las que nos identifican como pueblo. Con los ojos cerrados, nos las dio a probar a todos. A uno un trozo de col, a otro aceite picante... y así todos los ingredientes. Cada uno interpretó lo que sentía a partir de esa degustación", relata Brunet.

Música, gastronomía y también danza, lenguaje que llegó con Tomeu Gomila, de Au Ments, reproduciendo el movimiento del trabajo en el campo. "Tuvimos que trasladar a sonidos sus movimientos en el estudio", apunta el padre de una historia en la que de manera espontánea se suceden con sorpresa ritmos y texturas actuales. "Es un disco hecho a partir de accidentes. Suena un groove funky y de repente aparece Biel Majoral cantando por encima", agrega Brunet.

Dar forma al proyecto no fue tarea fácil. Se manejaron hasta nueve horas de grabación. El resultado final se conocerá hoy.

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