La mallorquina se sumerge bajo el mar de Hans Christian Andersen para crear una versión muy peculiar del popular cuento. "Lo más difícil ha sido seguir a Andersen pero variándolo", confesó ayer la académica antes de la presentación de ´La veu de la sirena´ en Llibres Ramon Llull

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-¿Cómo es su sirena?

-Es una sirena muy peculiar. Es una sirena del siglo XXI y es una campeona de saltos acrobáticos. Es bastante diferente a la que describe Hans Christian Andersen.

-¿Qué diferencias hay entre su versión y el cuento original?

-Hay muchas. El cuento de Andersen es sobre el que he trabajado pero mi sirena es mucho más moderna, más autónoma y nos ofrece su propia voz. En el cuento original es la voz de Andersen. Mi libro es en primera persona.

-"Dejar a una sirena sin voz es como arrancarle el corazón". ¿Por esto, recupera la voz de Cliodna, su sirenita?

-Me parecía una manera divertida y personal que mi sirena pudiera hablar en nombre propio. Además, dejar una sirena sin voz va en contra de su propia naturaleza porque ellas deben cantar. Con sus cánticos, encantan.

-Al cuento no le falta su toque de humor.

-El humor es importantísimo, sobre todo, cuando te vas haciendo mayor. El sentido del humor es imprescindible.

-¿Qué tiene de especial esta versión contemporánea?

-Primero que se puede contrastar la versión de Andersen y la mía, además la historia va perfectamente ilustrada por Helena Pérez García y es un libro precioso. Además ofrece una versión distinta, muy irónica y llena de sentido del humor. Además el cuento no es para niños, sino que va destinado a personas adultas.

-¿Walt Disney se ha encargado de presentarnos una visión edulcorada de ´La sirenita´?

-Disney ha endulzado el cuento. Lo que ha hecho ha sido añadir muchas cucharadas de miel. A pesar de que tiene un final feliz, el cuento de Disney es triste.

- ¿Por qué apuesta por convertir a sus sirenita en una deportista?

-Me parecía que era una manera divertida de tratar la imagen de la sirena y, además, he querido demostrar como el esfuerzo del deporte puede llegar a ser terrible para muchos deportistas y, en este caso, para la sirena.

-¿Quién la empujó al reto de sumergirse bajo el mar de Andersen?

-Mis dos editoras. Silvia Querini de Lumen y Pilar Beltrán de Edicions 62 me pidieron si quería hacer esta versión. Me lo pensé y finalmente acepté. Me dediqué a leer sobre sirenas y a escribir mi versión."Dejar una sirena sin voz va en contra de su propia naturaleza porque ellas deben cantar"

-¿Le ha fascinado el reto de versionar el cuento popular?

-Me ha encantado porque era un reto. Nunca había versionado un cuento. Era la primera vez que lo hacía porque me gusta hacer cosas nuevas.

-¿Qué ha sido lo más difícil?

-La mayor dificultad ha sido seguir a Andersen pero variándolo. Cuando no tienes un elemento a partir del cual arrancar, es mucho más libre, pero en este caso no lo era nada. Debía seguir el cuento.

-Ha cambiado el estilo porque Andersen se fijaba en la descripción mientras que usted pasa a la acción.

-La descripción era típica de la época en la que no había cine ni televisión. Ahora la gente está muy acostumbrada a la imagen y no le gusta la descripción, la encuentra larga y pesada.

-Ha dicho que su sirena es "sirénicamente" activa. ¿La RAE aceptaría esta palabra?

-No. Me la he inventado pero el jueves voy a pedir permiso.

-Carme Riera ocupa el sillón ´n´ desde noviembre de 2013. ¿Qué balance hace de su tiempo en la academia?

-Es muy interesante porque trabajamos mucho las palabras y me encanta saber cómo funcionan. Trabajo en una cosa que me gusta. Estoy en una comisión de cultura pero revisamos constantemente el diccionario.

-La RAE no hace un diccionario políticamente correcto.

-No. La RAE hace un diccionario de uso. Incorpora las palabras que la gente utiliza. Registramos el uso de las palabras. Lo que la gente usa, entra en el diccionario y lo que no se usa, sale.

-¿Qué destaca del nuevo director Darío Villanueva?

-Lo hará muy bien. Tiene mano izquierda y es muy culto. Creo que arreglará la academia desde el punto de vista económico.