Un año más regresa el Bazar Navideño de la Iglesia Sueca, un acontecimiento convertido en tradición -ya van más de 25 ediciones- y una de las citas más coloridas de esta época del año.

Por primera vez, el mercadillo transcurrirá a lo largo de tres jornadas: la tarde del viernes 21 y el sábado y el domingo de 11 de la mañana a ocho de la tarde. Cada año se acercan unas 3.500 personas a la sede de la iglesia en la calle Joan Miró 113, "pero esta vez esperamos un poquito más porque son más días", explica Inger Ballinas, una de las organizadoras.

"El ambiente es espectacular, es totalmente diferente al resto de mercadillos o rastros. Hay música en vivo, cantamos villancicos y los niños juegan y bailan. Es perfecto para las familias", afirma la sueca, que admite que montar esta fiesta "da mucho trabajo aunque merece la pena, además de ser muy importante para que la parroquia pueda subsistir".

Los que se acerquen al bazar encontrarán artesanía sueca, artículos de hierro forjado, cristalería, postales navideñas, tejidos tradicionales del país escandinavo, abundante comida y glögg, el producto estrella. "Es un vino caliente que elaboramos con pasas, almendras y diferentes especias", comenta Ballinas. "Es muy popular. Cada año preparamos 625 litros y siempre se acaba".

Además de sándwiches, tentempiés hechos a base de jengibre y canela y licores varios, se organizará una tómbola y diversas loterías. "La tómbola es muy divertida y siempre te llevas un regalo, en su mayoría aportaciones que nos envían desde Suecia". Luego están las loterías. "Sorteamos desde un vuelo a Estocolmo a estancias en hoteles y vales para restaurantes", expone la coordinadora.

Como buenos escandinavos, los motivos y adornos de Papa Noel serán omnipresentes. Aunque, ojo, no es una actividad exclusiva para suecos. "Cada año vienen muchísimos mallorquines que se lo pasan en grande. Está invitado todo el mundo" asegura la organizadora, que no se quiere despedir sin advertir a los visitantes de que acudan con el estómago vacío: "Los que vienen siempre acaban comiendo un montón y acaban más que satisfechos". "Es muy bonito", añade. "Hay que ir porque lo pasaremos bomba". Avisados están.