La basílica de Sant Francesc está en peligro y el paso del tiempo corre en su contra. El Obispado de Mallorca advierte de que si no reciben ayudas públicas a corto plazo la iglesia tendrá que cerrarse porque el cabildo diocesano carece de recursos para desarrollar las obras de rehabilitación.

"La reforma es urgente. Si este invierno hay una gran nevada o lluvias fuertes peligra que la cubierta se venga abajo", alertó ayer el aparejador del Obispado, Tomeu Bennàssar. De momento lo que salva a este templo de la ruina inminente es que las vigas están en buen estado. Los técnicos del obispado realizan reparaciones puntuales para tapar las goteras y solucionar los problemas de humedades que aquejan al edificio pero resultan insuficientes.

Hace tres años se detectaron los primeros desperfectos graves en la basílica y se colocaron mallas en la parte superior del rosetón del portal mayor para evitar la caída de cascotes. Todavía no han caído piezas de las paredes pero las vigas se van desgastando por el efecto de la humedad.

Ayuda institucional

Los responsables de arquitectura del Obispado redactaron hace cuatro años un proyecto de rehabilitación de la basílica, que afectaría a la cubierta y las fachadas, pero falta aprobar el presupuesto. El coste total de las obras de reforma ascendería a un millón de euros. La intención es que las tres instituciones insulares financien la mitad de la reparación, es decir, los 500.000 euros. La otra mitad la costearía el Obispado.

El arquitecto Tomeu Bennàssar señaló ayer que el Obispado está negociando con el Govern, Consell y el Ayuntamiento de Palma para que aporten la mitad del coste total pero todavía no han llegado a ningún acuerdo definitivo. Según Bennàssar, el Consell de Mallorca y el Govern han mostrado su predisposición a pagar las obras pero Cort no ha contestado. Y sin esas ayudas públicas los trabajos no son posibles porque los organismos eclesiásticos reconocen que carecen de los 500.000 euros que les correspondería aportar. El mantenimiento del 80% del patrimonio arquitectónico de la isla está en manos de la iglesia católica y fuentes del Obispado reconocen que no pueden hacer frente a la conservación sin subvenciones. La basílica de Sant Francesc pertenece al Obispado, el claustro es propiedad de Patrimonio Nacional y el colegio depende de la orden de los Franciscanos.

La basílica, que data del siglo XIV, es un monumento protegido incluido en el catálogo de protección de edificios y elementos de interés histórico, artístico, arquitectónico y paisajístico de Palma y se encuentra ubicada en el conjunto histórico de Ciutat por lo que necesita una mayor protección.

La comunidad de franciscanos del convento ya ha ejecutado y financiado varias reformas de emergencia en otros puntos del templo como la consolidación de los muros y los restos de bóveda que cubren la cripta del popular oratorio de San Pancracio. La reparación se llevó a cabo en 2011 debido al riesgo de hundimiento de la estructura por la filtración de agua de las canalizaciones situadas en las cornisas del edificio. "Existen otras muchas iglesias con riesgo de cierre por su degradación", concluyen desde la institución eclesiástica.