Daniel Monzón regresó ayer a la Sala Agusta (donde de pequeño visionaba las películas con el sueño de convertirse en cineasta) para presentar al público mallorquín El niño. Llegó un día después de ser seleccionada como una de las tres candidatas a representar a España en la 87 edición de los Premios Oscar como mejor película en habla no inglesa. Como era de esperar, no faltaron las enhorabuenas por el trabajo bien hecho y muchas fotos con el cineasta del momento. "Es verdad que existía esta posibilidad. No estaba pendiente de la lectura de las películas preseleccionadas para representar a España pero la verdad es que me hace mucha ilusión. Agradezco el reconocimiento de los académicos. Oye, ¿Y por qué no puedo entrar en la carrera de los Oscar? Tengo un 33,3% de posibilidades y la verdad es que El niño compite con otras dos películas muy interesantes: Vivir es fácil con los ojos cerrados y 10.000 kilómetros", aseguró entre risas. "Las tres son opciones estupendas para representar a España", añadió. Acto seguido, confesó, que le haría "especial ilusión" estar en la alfombra roja de Hollywood. "La fiesta de los Oscar es divertida. Ojalá vayamos", añadió.

Si hay que analizar las fortalezas de El niño para entrar en la carrera de los Oscar, Monzón lo tiene claro: "En Estados Unidos gustan mucho las películas de narcotraficantes pero como es muy española, lo ven como algo exótico", razonó. "En el Estrecho nunca se había rodado y El niño ofrece una versión diferente del narcotráfico que en Estados Unidos no están acostumbrados y por esto gusta", añadió ayer un cineasta ilusionado por estar "en su tierra" presentando la cinta que está cautivando al público con más de un millón de espectadores y una recaudación de 7,5 millones de euros. "Es un honor estar aquí", dijo a los espectadores en un coloquio antes de empezar la proyección de la película.

Con un presupuesto de 6 millones de euros, Monzón contó que rechazó una oferta tentadora (un presupuesto de 30 millones de euros) para rodarla en inglés. "Está película no tenía sentido si no era en castellano y con el acento andaluz y gente de la calle", admitió. De hecho, recordó que era una "decisión de gran riesgo" optar por un protagonista "no profesional". "Jesús Castro es un tío que he cogido de la calle porque yo quería transmitir la realidad que sucede en el Estrecho con el narcotráfico. Él le ha dado autenticidad y frescura a la película. Me gustó porque posee una aura de estrella. Tiene carisma y un magnetismo especial para la cámara", destacó. También tuvo palabras de reconocimiento para Luis Tosar. "Es como un aspirador que atrapa la atención del espectador. Si quiere volver a trabajar conmigo, que me llame porque aunque hiciera Mujercitas, con una falda y un peluca bordaría el papel", aseguró entre risas. "Si encontráis algún error en la película es mi culpa; los aciertos son de todo el equipo que se ha volcado en cuerpo y alma en este proyecto", dijo a los espectadores un director emocionado por estar en su tierra.

"Mi intención era relatar lo que sucede en el Estrecho con el narcotráfico. El guión salió tras convivir ocho meses con ellos. He retratado a todos los personajes y la cinta hace una mirada a los dos lados de la ley", relató. "No está Al Pacino, son chabales del sur porque es una película de seres humanos", añadió. "Es mi homenaje al mar", subrayó el isleño.

"¿Y tras El niño, qué viene?", le preguntaron. "Tengo cuerpo de comedia", confesó. "Tengo escrita una para rodar en Londres con algunos actores que ya tengo comprometidos como Ian McShane. Se titula El asesinato de fin de semana, es una comedia negra muy divertida y frenética", avanzó. "No sé si la voy a rodar pero lo seguro es que me apetece hacer una gran comedia". "Luis Tosar tiene un espíritu de comedia. La gente no lo conoce pero es muy divertido", concluyó para dar paso a la proyección de su actual éxito.