ABBA 40 años Trui teatre (Palma) **

Intérpretes: Sara Gravalos, Jazmín Abuin, Kike Navas y Edu del Val. Dirección musical: Marcos Niemitz.

En el duelo Pros y contras sostenido el viernes en estas páginas por los compañeros Lluís Forteza-Rey y Gabi Rodas, sobre los "musicales" confeccionados con los éxitos de distintas bandas, no tengo más remedio que darle la razón al "todo por la pasta" del segundo. ABBA 40 años, estrenada en el Trui Teatre con éxito de público, es una producción artesana, que cuenta con elementos valiosos; pero que, ciertamente, da la impresión de haberse facturado, sobre todo, para sacar provecho de la nostalgia por los temas pegadizos de los suecos, coincidiendo con los cuatro decenios de Waterloo.

Estrictamente, ABBA 40 años no es un musical como tal género, en el sentido de aquí no hay un argumento con temas musicales, sino una sucesión de canciones y bailes con comentarios intercalados (es más; sí que existe un musical de ABBA, Mamma mia!, infinitamente superior).

El apartado sonoro y coreográfico se sitúa en un nivel medio, con el mérito añadido de que el director de orquesta actuara el viernes a pesar de un accidente. Los capítulos de vestuario, iluminación, audiovisuales, cumplen su cometido. En cambio, lo que llamaríamos guión se compone de unos cuantos datos de la trayectoria del grupo que parecen sacados de la Wikipedia, unos diálogos de comicidad indigente y una sucesión interminable de alusiones a la "telebasura".

Los cuatro jóvenes protagonistas, que le echan simpatía, ganas, voluntad y voz al espectáculo, se dirigen constantemente al público (el mallorquín es de los más fríos que conozco) para reclamarle palmas, movimiento de manos, coros€ La función acabó con los espectadores puestos en pie. Porque nos lo habían pedido.