Hay espectáculos que sólo se pueden hacer en un momento determinado de la vida. Ese momento sería en el que uno ya se ve capacitado para hablar con cierta soltura de su pasado y de un aprendizaje del que ya no se puede desvincular. Hay instantes en los que uno necesita explicar el porqué de todo, sus inquietudes, sus miedos... Y necesita hacerlo regresando a casa, a su isla. La actriz Cati Solivellas -con 25 años de mimbres teatrales a sus espaldas- está en ese momento. Hace tres años que sintió el pálpito de enrolarse en un viaje personal y materializarlo en un espectáculo cuya factura no podía dejar en manos de cualquiera. Y aquí es donde entra a jugar sus cartas la otra parte del dúo tragicómico -la pieza es una tragicomedia, "el género que mejor definiría nuestras vidas"-, el gran músico Joan Bibiloni.

El ensayo del montaje -sin título definitivo- es un auténtico laboratorio de creación, donde bullen las ideas y surten efecto los conjuros. La obra se escribe mientras se van probando y ejecutando los temas planteados, las primeras frases, los acordes. En casa del compositor, en Manacor y entre caballos, Solivellas & Bibiloni van dando forma a los distintos materiales que les han servido de punto de partida. En la mesa de la cocina hay libros, ordenadores, un esquema con apuntes, guitarras. En casa de Bibiloni están pasando muchas cosas. Aunque "es más fácil explicar qué es lo que no estamos haciendo", advierte la actriz, quien ya pone en la pista de que se trata de una suerte de cruce de caminos entre diversas disciplinas, "una miscelánea que conjuga teatro y música", pero también más elementos. En concreto, textos de aquella carpeta o archivo que han acompañado a la intérprete -y también al compositor- durante toda su vida profesional. Un fichero sentimental (y casi moral) regado con las palabras de Shakespeare, Blai Bonet, Szymborska, Pepe Rubianes, Chéjov, Miquel Bauçà, Thomas Bernhard, Pessoa... Y Gabo. Palabras de algunos de estos autores -en cuya selección trabaja ahora el dúo de artistas- que coserán y trufarán el diálogo que mantendrán Solivellas y Bibiloni durante este espectáculo singular, una producción del Teatre Principal que se estrenará en la Sala Petita el próximo 3 de octubre con el fin de permanecer en cartelera durante dos semanas.

Una vida de textos y canciones

El paisaje humano que recorren juntos los personajes "de ficción" que interpretan, en concreto dos artistas del mundo del teatro, circo y variedades (aunque también se meten en la piel de otros caracteres), sus inquietudes, su manera de vivir y de ver la vida, se expondrá también ante el publico a partir de la pasión que sienten ambos por la música. Cati cantará, "contará cantando", matiza Bibiloni, "pero que nadie piense que esto es un musical o busque parecidos con la obra que hizo Concha Velasco sobre su vida", puntualiza la actriz mallorquina. "Es cierto que es una obra íntima para los dos, pero las cosas personales que salen no se notarán", comentan. "Es un homenaje a la vida", detalla Bibiloni. "A una manera de vivir la vida", puntualiza Solivellas. "Este espectáculo es: vida, muerte, amor, estoicismo, comicidad, seducción, trascendencia", enumera el músico, palabras escritas en las notas que ha ido tomando durante el proceso de creación. El tono: nada trascendente. "Estamos trascendidos de la trascendencia", bromea la actriz, "nosotros no predicamos nada ni pretendemos dar soluciones. De lo que se trata es de compartir con el público de manera lúdica y con respeto en un tono ligero y luminoso".

El proceso de creación se ha apoderado de este dúo insólito, que ya había coincidido en dos ocasiones: en concreto, en 1990, en un montaje de la obra Foc colgat de Alexandre Ballester dirigida por Pep Tosar, y en la grabación del disco Nyam-Nyam (2012). "Ahora mismo nos estamos retroalimentando porque estamos pisando terrenos que no son los nuestros: Catalina también está cantando y yo actúo", señala el compositor, cuya experiencia con un texto teatral se remonta a Revés en 2001, representado en el Lliure y en el Teatro de La Abadía. Sin embargo, su conocimiento de la farándula fue precoz: con los Talayots o los Zebra actuó en los 60/70 en las míticas salas de fiesta de la isla.

Banda sonora

Este manojo de vivencias de dos artistas - "de ficción, es importante que lo pongas"- está dirigido por el director catalán Jordi Oriol (Sala Beckett). La ´banda sonora´ del espectáculo es un friso de temas -inacabados, pues se utiliza el fragmento que demanda la esencia del montaje- que beben de estándares archiconocidos -el músico mallorquín los descompone y texturiza nuevamente-, de materiales rescatados y de otros de nueva creación del propio Bibiloni, quien también pasará por diversos estudios a fin de preparar repertorio de cara a la edición de un disco. También promete un monólogo titulado Poemes i músiques per no emmalaltir que espera que Solivellas -con otro proyecto que aún no puede contar- y sus talentosos mimbres dramáticos le ayuden a ponerlo en escena.