­La Escola de Dansa Sant Jaume ha recibido estos días la visita del coreógrafo Aleix Mañé, de la Compañía Nacional de Danza.

El bailarín catalán ha estado ayudando a los alumnos del centro a preparar el festival que se producirá el próximo 26 de junio en la academia.

"Quiero que cada uno de los estudiantes plasme su personalidad en las piezas que interpretan. Como bailarinas tienen que disfrutar de lo que hacen", comenta Mané.

Una oportunidad que aprovechan alumnas como Marta Pomar, quién confiesa sentirse "muy emocionada" con los consejos de Mañé. "Es un honor poder recibir clases de alguien tan profesional como él".

Para Marisa Estarellas, directora de la Sant Jaume, la presencia de Mané es "un privilegio". "Que nuestros bailarines reciban instrucciones de alguien de primer orden como Aleix, es un orgullo. Nos está ayudando mucho a preparar la exhibición de final de curso".

Centrado en las próximas representaciones que realizará en el Teatro Real de Madrid con la compañía nacional, el bailarín reconoce que la profesión "es muy dura" y que se va a dedicar a ella "hasta que el cuerpo aguante". "Hay que ser muy completo y conocer todas las disciplinas de baile. Somos como atletas, dedicamos muchas horas".

Tras cuatro años en la élite de la danza, Mané opina que esta disciplina artística está muy poco valorada a nivel nacional. "Estamos a la cola de Europa. No hay un nivel cultural que promueva la danza. También hay una falta notable de estudiantes".