El deporte se vuelve sensual gracias al pole dance o baile con una barra, un ejercicio para mujeres que va haciéndose un hueco en la isla porque ayuda a fortalecer cuerpo, mente y autoestima. Artidanses es una academia de Palma dirigida por Cati Mayol que ha "enganchado" a numerosas féminas. Ellas han encontrado en este ejercicio tan erótico una vía de escape para desconectar de la rutina diaria y del estrés laboral. "El pole dance es como una terapia, cuando las alumnas entran por la puerta ya activan el modo off", asegura Cati. "Es un deporte muy sufrido, pero te engancha", añade. Los ejercicios con la barra no son cosa fácil pero los beneficios de esta práctica llevan a las aprendices a querer superarse figura tras figura.

Es verdad que el concepto de bailar con una barra se relaciona con una stripper, pero ninguna de las alumnas acude a la academia con este fin. Y es que el pole dance es un deporte completamente arraigado en Estados Unidos, Argentina o Europa del Este pero que en España se ha empezado a introducir hace apenas unos tres años. "El pole dance no entiende ni de edades ni de físicos. Tengo alumnas desde los 16 años hasta los 60. Enfermeras, abogadas, psicólogas, de complexión gruesa, media, delgada... Mujeres que vienen porque han encontrado un deporte que les ayuda a desconectar de su día a día.

"Es otro mundo, ríen y disfrutan", remarca Mayol, que ha logrado que las 70 personas que acuden a su academia se sientan como en familia y se ayuden unas a las otras si una figura se resiste. Y aunque sea un deporte femenino, algunos hombres también se atreven con las acrobacias del tubo.

Hace unos ocho meses que Tina Alorda practica pole dance. "Es un deporte muy femenino que te ayuda a fomentar tu autoestima, además te da mucha seguridad", destaca. "Es muy saludable porque te corrige la postura corporal y te ayuda a tonificar tu figura", prosigue. Aumentar la fuerza, la flexibilidad y la resistencia son sus resultados más inmediatos. "Es un deporte muy completo", añade su compañera Noemi Justo mientras están en plena clase preparado una coreografía que mezcla el baile del tubo con el de sillas (conocido como burlesque).

Silvia Rodríguez se topó con el pole dance por curiosidad al ver un vídeo que miraba un amigo suyo. "Me gustó y acudí a una clase. Me sentí muy a gusto y continué porque me divierte, me ayuda a desconectar, me enseña a lograr metas y que nadie me pisotee", resume. En cambio, a Begoña Muñoz la "enganchó" Cati Mayol. "Es un deporte donde la profesora te da seguridad y te enseña a retarte para lograr una figura más difícil todavía", explica esta alumna, que admite que sus amigos lo relacionan con el mundo de las strippers. "Se creen que venimos a desnudarnos pero Cati lucha para que sea reconocido como deporte en las islas", añade. El pole dance está cargado de erotismo pero, como resalta Catín Barceló, "requiere mucho entreno, te emociona tanto que al lograr una figura ya vas a por la siguiente".

Por muy difícil que parezca lograr hacer acrobacias en una barra vertical, Mayol asegura que "con ganas" todo el mundo lo consigue. Es verdad que la primera clase suele centrarse en las técnicas para colocar brazos y manos y con un calentamiento previo de unos veinte minutos para evitar lesiones posteriores. Luego ya empieza el baile y las figuras. La academia ha contado con la visita de la atleta madrileña y subcampeona de España Pole Sport 2012, Sara Rodríguez, quien ha impartido un seminario de pole dance.

Pero es que el pole dance no tan solo revoluciona las academias, sino que también se ha puesto de moda en las despedidas de solteras. Así, Mayol cuenta que para las futuras novias que no quieren un "boy" en su fiesta, Artidanses organiza una clase de pole dance y burlesque, con piscolabis incluido, para la novia y sus amigas. "Se divierten sin que nadie tenga que desnudarse", concluye.