Aunque puedan utilizarse como sinónimos, lo cierto es que existen diferencias entre un dibujante y un ilustrador. Tan didáctico como siempre, el doctor y profesor titular de expresión gráfica en la UIB Antonio Fernández-Coca matiza un detalle: "La diferencia entre un dibujito y una ilustración es la intención, el querer vender algo". Del mismo modo que el periodista "utiliza el teclado como su herramienta de trabajo", el profesional del trazo ilustra, o dibuja. Dependerá de "si sirve para vender" o no. La distinción de estas dos nomenclaturas es necesaria para comprender la esencia del nuevo libro de Fernández-Coca (Cádiz, 1966) El arte de la ilustración. Del concepto al éxito. Él insiste en que "la ilustración es parte de un proceso de comunicación en el que intervienen otros elementos, que son la base del libro". Hoy tiene lugar su presentación en Madrid, a partir de las 19.30 horas, con intervenciones de Álvaro Sobrino (prologuista y director de la revista Visual) y con Inmaculada Corcho, directora del Museo ABC.

Publicado por Anaya, El arte de la ilustración nace con el objetivo de "suplir" las carencias que a su juicio existen dentro del sector: "Si te fijas en la página 270 (referencias) no hay ningún libro de ilustración sugerido. Todos tienen que ver con técnicas de comunicación y estrategia de mercado y con lenguajes visuales, libros difíciles de topar con ellos sin rebuscar", explica. La razón es que "hace falta más bibliografía" en su campo de trabajo "con una perspectiva global", que aporte al ilustrador emprendedor las claves para poder llevar al éxito su labor.

¿Y cuáles son esas claves? se preguntarán los lectores. La estructura del libro se construye a través de nueve didácticos capítulos que plantean preguntas como para qué sirve ilustrar, por qué destacan unos ilustradores y otros no o cuáles son sus derechos y obligaciones. "Ilustrar sirve para que tu producto se venda mejor", explica. En ocasiones no se trata única y exclusivamente de "vender" sino de ser capaz de crear un ambiente, de construir un entorno pedagógico, un "mensaje". Como ejemplos, Fernández-Coca habla de su intervención en la planta pediátrica del hospital de Son Espases, de su mascota ´Pepu´ -ex profeso para la guardería de la Fundación Asima- o los siete metros de mural para Unbar, establecimieto mallorquín de cafetería en el que "te comunico tranquilidad".

En el libro también se menciona la importancia de la organización del estudio y la ergonomía básica en el puesto de trabajo; los modos de faenar; las técnicas de ilustración, qué opciones actuales hay en el mercado o el tema de la legislación. Y sin olvidar aspectos sobre cómo fomentar la creatividad: "La disciplina es el marketing y la comunicación. La herramienta es la ilustración. Facilita que todo sea más efectivo. Por eso el libro hace tanto hincapié en estos aspectos", explica.

Además de estos apartados, El arte de la ilustración incluye entrevistas a profesionales del sector o personas que dirigen o encargan el trabajo de los ilustradores.

¿Hay realmente crisis en el sector? Para Fernández-Coca "está en crisis quien ilustra sin saber ilustrar", sentencia. No todo el mundo "puede hacer de todo" por mucho que le guste. "Yo soy un pésimo cocinero", bromea. Y aunque recuerda que "todo se puede aprender" con ilusión y "muchísima preparación" lo cierto es que "uno no puede hacer ilustración de moda si no está enamorado de la moda", comenta parafraseando a Charo Izquierdo, de la revista Yo Dona.

"Hay un montón de opciones de mercado", continúa. Sólo es cuestión de entender que "la tendencia la marcas tú preguntándote cómo puedes encontrar una cuña de mercado aquí", sostiene. "Los ejemplos son varios: pastelería decorativa, ambientación pedagógica, animación 2D y 3D..".