Cúbic Art

Carrer de les Caputxines, 4 (Palma)

Ciertas iniciativas serían imposibles sin una buena red de complicidades, de mujeres y hombres con intereses comunes. Si estos intereses además, giran entorno al arte como fragmentos de su vida, como asimilación personal, como estudio interdisciplinar, como arte de género, con definiciones comunes que parten de referentes culturales diversos, estaríamos hablando de la vida llevaba a la plástica.

Bajo el lema "la imaginación del artista no tiene límites" nació Cúbic Art hace un año, un proyecto abierto con la implicación y el afán de la creadora Marga Gómez del Cerro. En Cúbic Art se agrupan una pluralidad de actitudes ante el arte y su práctica, artistas como Tatiana Sarasa, Pep Guerrero, Lluís Fuster, Mariano Mayol, Esther Olondriz, Biel Bover o M. Lluïsa Aguiló (que pronto inaugurará una individual en Aba Convent de la Missió)

Cúbic Art pretende ser un espacio alternativo donde exponer y comprar obra de distintos artistas bajo un proyecto común; hasta ahora han sido seis, entre ellos Objets Trouvés, una colectiva con título sugerente y repleto de significación si tenemos en cuenta la importancia que supuso que Marcel Duchamp se iniciase con los corrosivos postulados dadaístas. Su ready-made inasimilable, según la propia confesión del artista, sin embargo, fue una obra en gran medida presente hasta hoy en el arte contemporáneo, que sigue sorprendiendo a más de un espectador por su incongruencia.

Son muchos los artistas que en algún momento de su vida artística han creado obra con objetos encontrados. De hecho es una premisa en la creación de Marga Gómez del Cerro (Barcelona, 1958), lo hemos visto en sus propuestas expositivas; acopia piedras, las interviene mínimamente y deja que hablen, con su gesto mudo y su piel tranquila.

Memoria sobre memoria, cuentos de tela y pintura, pero también de madera o hierro con obras que reflexionan desde la poesía, como tantas otras. En la misma medida y dimensiones se entremezclan elementos disonantes, dosis de ironía, técnicas, choques absurdos, elementos lúdicos y disonantes, curiosas armonías. Sin duda resulta necesario reinventarnos la vida, porque el mundo, no es como lo habíamos soñado.