La crisis ha multiplicado las fórmulas de financiación a través de internet en la que personas que se declaran seguidoras de un grupo musical aportan dinero para que un determinado proyecto, en la mayoría de los casos, la publicación de un disco, se convierta en realidad. Es lo que se conoce como plataformas de crowdfunding, del inglés "financiación por multitud", traducido por algunos como micromecenazgo.

Taverners es uno de los grupos mallorquines, pocos hasta ahora, que ha apostado por un método con el que el público siente el placer de fomar parte del proyecto. "La crisis ha obligado a buscar otras formas de financiación en una profesión, la de músico, que está muy poco valorada", expresa Pau Mas, integrante de una banda que se estrenará discográficamente a través de Verkami.

Verkami, junto a otras webs como Lánzanos o Goteo, ha supuesto una revolución en el sector, no solo de la música, también del cine o el teatro. Su mecánica consiste en que el impulsor de una idea la presenta a través de la plataforma y los internautas que lo desean pueden apoyarla con donaciones, a cambio de "recompensas" que varían en función de la ayuda comprometida. Taverners, por ejemplo, ha fijado las donaciones entre los 10 y los 500 euros, que hacen posible "privilegios" como el disfrutar de un concierto exclusivo en el mismo hogar del mecenas o inscribir el nombre en los créditos de agradecimiento.

"Quienes se apuntan a estas aportaciones sienten que participan en algo propio", comenta Mas, quien reconoce que publicar un disco "a la vieja usanza", con el respaldo total de una discográfica, se ha convertido en un "ejercicio harto complicado, un auténtico lujo".

Taverners dispone de 40 días para recaudar la financiación necesaria para la publicación de su disco, en concreto 5.000 euros. Solo los proyectos que en este plazo lleguen al 100 por 100 de su objetivo de financiación recibirán el dinero aportado por sus mecenas. En caso contrario, las cantidades que los donantes se han comprometido a aportar no se hacen efectivas y el proyecto no recibirá la financiación. Verkami cobra un 5 por ciento de lo que recaude el proyecto y solo en caso de que se llegue a la cantidad preestablecida.

Sin embargo, el crowfunding no funciona por arte de magia. Conseguir el dinero no es fácil y solo es posible si detrás hay una comunidad de seguidores sólida. "Creo que nosotros vamos por un buen camino, pues en muy pocos días hemos conseguido casi mil euros", señalan los Taverners, listos para entrar en el estudio de Ona Digital (Bunyola) y grabar, con instrumentos tradicionales y guitarras y bajo eléctricos, una serie de canciones que incluyen los versos más comprometidos de Al-Mayurqa, Maria del Mar Bonet, UC, Ovidi Montllor o Guillem d´Efak.

Oprimits es el otro grupo que, de momento, se ha apuntado a una práctica que en Cataluña cuenta con muchos más seguidores. "Creo que en estos momentos que vivimos, en los que la crisis en la industria musical es salvaje, con las discográficas prácticamente paradas y alejadas de la realidad, el micromecenazgo es una solución", afirma Rafel Barceló, bajista de este veterano y aguerrido grupo que, a diferencia de Taverners,ya tiene grabadas todas las canciones del disco para el que buscan financiación en Verkami.

"Lo que nos falta es dinero para editar el disco y pensamos conseguirlo a través de esta plataforma que, además, nos permite interactuar con nuestro público y conocer la demanda real del producto", añade Barceló, quien asegura que con propuestas como las de Verkami "el público deja de ser un oyente para convertirse en uno más del grupo".

¿Qué dicen los sellos?

"La del micromecenazgo es una fórmula que nos interesa porque las discográficas hemos quedado descapitalizadas totalmente", reconoce Miquel Àngel Sancho, responsable del sello Blau, el más importante de Balears.

Sancho contempla estas plataformas de crowdfunding como una herramienta que sustituye "la antigua filantropía de los poderosos" y pone de manifiesto "la vena altruista de los seguidores" de un grupo.

"En ningún caso vemos a estas plataformas como un enemigo, sino como un aliado, ya que los grupos, de entrada, llegan a nosotros con un aval y se sienten más protegidos. Ya ha habido gente que nos ha propuesto trabajar en este campo y en un futuro cercano apostaremos por producciones compartidas", asegura Sancho.

El proceso democratizador ha fructificado en otras fórmulas, como la de hacer partícipe al público en la grabación del disco de un artista a través de Facebook. Una opción que ha explotado Tomeu Penya en el nuevo trabajo que prepara y que muy pronto verá la luz. Su estancia en el estudio y el trabajo que ahí ha realizado se ha podido seguir a diario en internet. Así, se ha permitido a sus seguidores elegir el título del álbum, finalmente És per tu, y la portada del mismo.

"Renovarse o morir es un tópico válido en estos tiempos", señala Sancho, también propietario de la tienda Xocolat, con más de treinta años de historia en sus estantes. De los más de veinte establecimientos de música que llegaron a existir en Mallorca hace unas décadas, hoy solo sobreviven unos pocos que pueden contarse con los dedos de una mano, y que han logrado "readaptarse" al decidir adentrarse en nuevos caminos.

Uno de ellos, obligado, es la venta online, que en el caso de Xocolat solo genera el cinco por ciento de los beneficios totales, unas cifras bajas que encuentran la explicación en que "el 98 por ciento de las descargas siguen siendo ilegales, toda una sangría", espeta el empresario.

Otro giro en Xocolat ha venido dado por su reconversión en boutique, es decir, en su apuesta por una atención personalizada al cliente, al que se le ofrece un espacio que pretende funcionar como "punto de encuentro cultural en el que disfrutar de un recital acústico, una conferencia o una rueda de prensa". Así, ha nacido el Espai Xocolat, con cafetería incluida y una programación cuidada y selecta que, para los próximos días, anuncia un concierto de Oliva Trencada (día 22) y la presentación del libro Paradise of love o l´illa imaginada de Francesc Vicens junto a un acústico de Los Pops (día 23).